Cuando hablamos de un asesor financiero nos referimos a un experto financiero, que se va a centrar en grandes campos, tanto a nivel internacional como nacional, y que va a gestionar el patrimonio de familias, empresas e instituciones; de ahí la importancia del papel que desempeña un asesor financiero frente a sus clientes.
Efectivamente, en los últimos tiempos, se ha producido una evolución del modelo de banca de productos al de banca de clientes.
El modelo tradicional ha sido la banca de productos donde las oficinas financieras gestionan un número elevado de clientes, hay un desconocimiento general de los mismos y se comercializan o se venden productos por iniciativa
del cliente o por campañas promovidas por las entidades. El factor diferenciador era el precio y ni el empleado ni el cliente era lo fundamental, siendo lo básico la estrategia de la entidad.
En los últimos años, la banca se orienta hacia los clientes, distribuyendo las entidades a los mismos por segmentos y encargándose la gestión de un reducido número de ellos a personal cualificado. El conocimiento integral de estos clientes y un servicio personalizado es la base de este nuevo modelo.
Este último modelo de banca de clientes tiene el triple objetivo de atraer nuevos clientes, aumentar la vinculación con los mismos y darles un servicio de asesoramiento personalizado. En la banca de clientes se ubica la banca
personal y la banca privada, donde se prestan servicios de asesoramiento a un segmento de clientes, normalmente de renta media y alta, y que requiere el desempeño de un profesional cualificado como es el asesor financiero, y no un comercial de productos.