Since a few weeks ago I'm also a food critic for a peruvian web page named "It's on my radar", basically the page includes cool things to see, to learn, to drink, and to eat in Lima, Peru. Here is one my latest critics for a new burger bar in Miraflores District. Do you like Burgers? Do you Like ribs? What about a rib burger? Follow me in this adventure. Sadly the article is written in spanish, however, in the future I will upload the translation of the next columns:
Lima ha experimentado en los últimos años un maravilloso boom de las hamburgueserías. Desde aquellas que acoplan elementos criollos y propios de nuestra cocina como Papacho’s, a aquellas que más bien importan cada detalle de un burger bar gringo, Johnny Rockets y New York Burger, otros a mitad de camino entre ambos moldes como Juicy Lucy y otras hamburguesas que sin ser de un Burger bar saben lucirse y ganarse nuestro cariño y respeto, aquí aludo a las de Café A Bistró y Carnal. Uno pensaría que con esta lista todo está dicho y lo cierto es que no. Desde hace días me venía tentando la idea de ir a ¾ Burger Bar. Desde sus fotos en instagram hasta las recomendaciones de amigos en quienes confío mucho para comer y compartir historias de comida me motivaron a ir.
Quienes me conocen saben que aunque flaco desde siempre soy también de bastante apetito de toda la vida. Pues bien, en ¾ saben saciar el apetito más voraz. Mientras el amigo que me acompañó ordenó una hamburguesa clásica yo probé la Rib Burger con papas: hamburguesa que además de los toppings usuales es maravillosamente servida con tocino grueso en cuadros y tiras de rib al BBQ ¿suena bien? Pues sabe mejor. La hamburguesa en sí era contundente, 160 gr de pura carne bien sazonada, rosada por dentro y jugosa a cada bocado.
Debo admitir que cuando me la sirvieron pasé de la satisfacción de lo bien presentada al dilema de cómo comerla. Esta hamburguesa más que por su tamaño presentaba una complicación visual y logística. La rebanada de pan superior era bastante grande, la hamburguesa era cabezona y desde cierto ángulo el pan se imponía más que la carne. Fuera de este detalle no sabía por dónde cortar y cogerla. Inicie por un borde y problema resuelto, el pan era firme y no se deshizo la hamburguesa dejando cada ingrediente en su sitio, mejor aún, el pan había sido untado con mantequilla de ajo haciéndolo algo sabroso por sí solo. Ese primer choque de sabor sólo mejoraba cuando el jugo de la carne se hacía presente, el crisp del tocino y la punzada dulzona de la costilla al BBQ. Excelente.
Si bien la hamburguesa se roba el espectáculo todos los demás detalles por mínimos hacen de este lugar y su comida una grata experiencia. Las papas fritas son crocantes, sin exceso de grasa ni de fritura, sazonadas con sal gruesa. Las salsas van desde clásicos (mayonesa ligera, mostaza normal), nuevos clásicos (rocoto y ají pollero) a sorpresas totales, una salsa de tomate que está más cerca de ser un ragú sin carne y ligero de pimienta antes que al kétchup. El servicio es atento, la atención rápida. Aunque el espacio no es muy grande encaja bien con el concepto de un burger bar informal, relajado y sumamente acogedor que incluso improvisé una lectura de tarot para un viejo amigo y algunos comensales entre risas. Faros colgantes de luz cálida, ladrillo caravista, mesas altas y lisas, cuadros con punch lines que te sacan una sonrisa. Aquí todo puede ser mejor, vaya que sí.