Relato: Cicatrices del alma

Mary era una chica muy alegre, llena de colores, matices y tonalidades. Siempre tenía buena actitud y se esforzaba por disfrutar la vida.

“Era joven, con una vida normal. Nunca hubiese imaginado lo que pasó”.

Un día de esos comunes, Mary se percató de que algo no estaba bien, de que ella no estaría bien. No se equivocó, algo terrible le ocurrió que acabó con su sonrisa y sus ganas de seguir viviendo.

"Una parte de mi murió ese día".

Para Mary lo que pasó fue tan duro que todas las noches se acostaba con la esperanza de no despertar. Lloraba hasta quedarse dormida, rogando que el dolor se fuera o que terminara con su vida de una vez por todas. Se sentía sola, vacía y rota.

Pasó mucho tiempo hasta que Mary logró levantarse. Algo le hizo encontrar un retazo de lucidez dentro de tanto dolor para poder seguir.

“Un árbol me salvó”.

Una tarde Mary logró ver desde su ventana a un pequeño árbol que crecía entre las grietas de una pared de concreto. Eso la impresionó y la hizo pensar.

[Tomada por mi]

“Los humanos hemos sidos muy crueles con la naturaleza, la hemos maltratado de todas las maneras posibles y aun así este pequeño árbol logró sobreponerse a todo para sobrevivir. Tal vez no sea el más sano o el más fuerte como los otros que tienen una vida sin dolor o sacrificios, pero esta vivo y tiene una oportunidad”.

Ese día Mary supo que aunque jamas volvería a ser la misma, tenía que continuar. Así que empezó por aceptar a la persona en la que se había convertido y sanó cada herida enseñandose a si misma que el dolor a veces es necesario y que cada cicatriz es una historia.

Ya no es la Mary de antes, pero logró convertirse en una mujer fuerte, segura y luchadora que no se quiebra con facilidad. Perdonó a quien cambió su vida abruptamente y hoy agradece sus cicatrices porque sin ellas no seria quien es.

"Puedes pegar las piezas de una cerámica rota y devolverle su forma, pero jamás volverá a ser lo que era, ahora será más fuerte y hermosa porque tiene una historia que contar".

Fuente

Nunca me dijo que le sucedió, tampoco le pregunté, ya no importaba.

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Eso es todo por hoy...

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Gracias por leerme. Saludos.

PD: Les recomiendo investigar un poco sobre el kintsugi, una practica japonesa súper interesante, cuya filosofía radica en que las reparaciones de los objetos deben resaltarse y no ocultarse porque forman parte de su historia.