Alicia y Cristian regresaban a casa del cine. Todavía se hallaban embriagados del orgasmo de la noche anterior. Esa noche, Cristian atravesó el umbral con una funda de traje, que contenía un vestido para Alicia. Esta noche iremos a cenar, dijo. A Alicia le extrañó que no quisiera descansar del viaje primero. Se vistió y salieron. Al regresar, hicieron el amor como la primera vez. Luego, charlaron hasta el amanecer. Alicia comentó que se había sentido indispuesta días antes que él regresara. Recordó su encuentro con Daniel, pero rápidamente descartó ese recuerdo y se zambulló en brazos de Cristian. Llegaron y había correo en la entrada. Eran los resultados de sangre de Alicia. Se había hecho ver por su malestar y lo había olvidado. Al abrirlo, el corazón de Cristian dio un vuelco, bajo la misma farola en que Alicia había concretado su aventura: