Despertó con la alarma de su despertador, se sentó medio aturdida unos minutos, luego realizo su rutina para ir al trabajo. Cuando salió de casa aún no había amanecido, iba con su respectivo café en la mano, apenas empezaba a aclarar el cielo, le pareció una hermosa mañana de colores vivos y pájaros que cantaban, las nubes hacían que el sol naciente se viese como de ensueños. Caminó apurada junto a la multitud que entraba a la estación del metro, tras las respectivos empujones, logró subir al vagón, había mucha gente y como siempre le toco de pie.

Al salir de la estación del metro se propuso caminar las dos cuadras que la separaban de su lugar de trabajo, para hoy tenía varias citas, tenía que entregar un proyecto y encargarse de supervisar otros dos.

Su móvil sonó y abrió su cartera para sacarlo, dijo alo y oyó un grito del otro lado de la acera, pero no alcanzo a ver el auto que la golpeo y la hizo estrellarse fuertemente contra el asfalto, sintió un dolor punzante, oyó voces, gritos, sintió una mano sobre la suya, trato de hablar pero solo logro escupir un bocado de sangre, todo pareció volverse lento… silencioso, y pronto todo dolor desapareció.