A lo largo de la historia de la humanidad nos hemos sentido atraídos por la gran variedad de recursos en la naturaleza, pero sin dudas las gemas nos han cautivado durante siglos y continúan haciéndolo. Sus formas, sus colores, su brillo y las propiedades que algunas culturas les han atribuido son sus principales razones para esta fascinación. El jade es uno de los más conocidos, aunque sus colores más comunes son el verde y el blanco, también se han encontrado variedades en naranja, amarillo, gris y negro, dependiendo de las impurezas en su composición.
La verdad es que el término "jade" se utiliza para designar dos tipos de rocas metamórficas, jadeíta y nefrita. Los que tienen tonalidades blancas se llaman "grasa de cordero", el jade negro con incrustaciones naturales de oro, plata o platino se llama "oro galáctico", mientras que las variedades verdes brillantes se llaman "jade imperial".
Fuente
Cuando hablamos de esta piedra la asociamos inmediatamente con China, esto no es raro porque la cultura china desde el principio fue atraída por esta gema, incluso la llamaron "La piedra del cielo" y la utilizaron con fines ornamentales. También atribuyeron cualidades especiales como poder, espiritualidad y buena suerte.
Sin embargo, también fue una piedra muy apreciada por la cultura maya, porque para ellos representaba la naturaleza, la vida y la fertilidad. También lo usaron con fines ornamentales, fabricando armas, accesorios y decoraciones para sus difuntos como máscaras de muerte.
Una de sus características físicas es su dureza, que lo convirtió en un material muy resistente al paso del tiempo, a diferencia del hierro, que era menos resistente y podía oxidarse. Por esta razón, cuando el diamante llegó a China lo usaron para tallar el jade, algo bastante irónico. Incluso para los mayas era más valioso que el oro.
Ambas culturas creían que el jade les otorgaría la inmortalidad, por esta razón lo usaron durante sus ceremonias fúnebres, incluso pensaron que podría devolver a la gente de la muerte. También lo usaron para combatir la fatiga y algunas enfermedades.
De una manera u otra sigue siendo una joya con una belleza excepcional que, incluso con el paso del tiempo, nos sigue gustando. Por esta razón, tiene un mercado bastante grande que crece más cada año.