Salvando vidas desde la naturaleza II

Saludos a todos, en esta oportunidad, comparto con ustedes la historia de mi amigo Toñito. Él era mi compañero de teatro, cuando abandone la actuación, deje de saber de él. Un día, cuando aborde una camioneta de transporte público, por casualidad se sentó a mi lado. Le pregunte como estaba y me dijo sobre su relación estrecha con DIOS:
Sabes, he pasado tiempos difíciles, y en una oportunidad en mi trabajo de camionero, me contrataron para llevar una carga por una carretera muy sola, se hizo de noche y me sentía muy asustado; el dueño de la carga iba conmigo, conversábamos para mantenernos despiertos, cuando de pronto el camión empezó a fallar, me logre orillar, y alumbrando con una linterna, trate de prender lo, con la ayuda del acompañante, por horas, sin lograr nada. Como no pasaba carro alguno, que nos ayudara, el señor se ofreció para regresarse caminando por el camino recorrido hasta la última estación de servicio que habíamos pasado. Me sentía muy triste, y me Salí del camión y luego me senté sobre el capo. No entendía el porqué de mi situación, en ese momento, grite: DIOS, porque me pasa esto?. De pronto, empecé a sentir un tenue rocío. Mire hacia arriba y dije: DIOS eres tu? , y me hinque de rodillas, quedándome largo rato de esta manera, sentí una gran tranquilidad, me levanté dirigiéndome hacia el camión, intentando prenderlo, y así fue encendió.
Desde esa vez, he ido a misa todos los domingos. Pero lo más grande que me ha sucedido fue la sanación de mi niña. Cuando mi hija menor tenía 6 años, empezó a presenta mucha somnolencia, hasta el punto de desmallarse, la llevamos al médico, quien la refirió al área de oncología, mi niña tenía cáncer. En poco tiempo decayó hasta caer en cama. La pesadumbre me envolvió, no sabía qué hacer .Un día, luego de ser examinada para ver los avances de la quimioterapia, su médico me llamo a la oficina para decirme que mi hija no sanaría, que debíamos estar preparados para su muerte. Ese día Salí de allí y camine y camine sin rumbo por varias horas, no sabía por dónde andaba, solo sentía mis lágrimas caer una tras otra. Me acorde de DIOS, y entre a la primera iglesia que vi, me quede dormido ante la imagen de Cristo. Sosegado, retorne al cuarto donde estaba mi hija. Varios días ví pasar al grupo de médicos por el pasillo sin entrar cuarto de mi niña. Me mantuve en oración constante todos los días. Una mañana salí a Lacalle a comprar el periódico que acostumbraba leer, no lo abrí por todo el camino, allegar al cuarto, hendí mis dedos entre las hojas del periódico, justo frente a ella, en su contenido que se extendía de extremo a extremo decía: “La medicina científica le da la razón a la medicina natural, Cardosanto contra el cáncer”.

Fuente:” https://www.magicgardenseeds.es/Plantas-medicinales/Cardosanto-(Argemone-mexicana)-A.ARG03-“
Para mí era una emisión de DIOS. Como siempre mi deporte favorito era el ciclismo, buscaba por las zonas rurales esa planta, para hacerle tés a mi hija, esto sin mencionarlo a los médicos. Al pasar un mes, me aterrorizaba, el que los médicos no la evaluarán, y un día intercepte al internista, el respondió:
-De eso ya hablamos. Yo insistí: -Doctor, véala aunque sea por última vez.
El medico obsedió.

Fuente: https://mx.depositphotos.com/173659326/stock-photo-worried-woman-with-doctor-looking.html
Al siguiente día me llamo:
-Chico, a que santo le estas pidiendo?. Le respondí:

• A DIOS, doctor. El Continuo:
  -Dale las gracias, la enfermedad retrocedió.
  Mi hija se recuperó, y está muy bien.