Lactancia materna (parte II): Alimentación complementaria.

En uno de mis primeros post expliqué que la lactancia materna cubre todas las necesidades nutricionales del Lactante, adaptándose a sus capacidades y a sus necesidades digestivas, metabólicas e incluso afectivas durante el primer año de vida.

No obstante, luego de los 6 meses de vida es probable que la leche materna (así como la misma leche de fórmula) se vuelvan insuficientes para cubrir la demanda de macronutrientes y micronutrientes, esto puede darse por la falta de capacidad del estomago inmaduro del pequeñito o porque el volumen de leche que la madre produce empieza a disminuir según esta comience a retirar la leche materna del menú.

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La OMS plantea que los lactantes empiecen a recibir alimentos complementarios luego de los 6 meses cumplidos ya que en esta etapa empieza el desarrollo gradual de la capacidad para masticar, y aunque el interés por otros alimentos existe desde el principio, para esta etapa el niño debe comenzar a estimular sentidos como el gusto y el olfato, además de cierta independencia que viene dada con este cambio.

Lo más recomendable es que empiecen a recibir alimentos complementarios primero unas dos o tres veces al día, y después, entre 12 a 24 meses, unas tres o cuatro veces al día, añadiéndoles aperitivos nutritivos una o dos veces al día, según se desee. A este período se le llama "Etapa de Transición" o "Destete" y ambos deben darse SIEMPRE de forma gradual y conforme el organismo del bebé vaya aceptándolo.

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¿Cómo debo iniciar la alimentación complementaria?

El contenido específico de la dieta es algo que los pediatras y puericultores suelen manejar de forma individual con cada paciente según lo que ven en las consultas de control de niño sano (a las que todo bebé debe asistir al menos una vez al mes). Por lo general, se recomienda iniciar con jugos de frutas que no sean cítricas, sopas, cremas de verduras y cereales según la tolerancia del niño. Pero hay ciertos consejos que aplican a casi todos dependiendo del grupo etario, el primero sería preparar sus comidas con nada más que agua y la fruta o verdura de elección, no es hasta después de los 12 meses cumplidos que deben incluirse a la dieta infantil sal, azúcares y condimentos de cualquier tipo.

Siempre tomar en cuenta que:

• Hay que empezar por cantidades pequeñitas: Se debe comenzar ofreciendo porciones pequeñas con cucharaditas (que nunca deben ser metálicas para evitar lesionarlo) en el caso de las verduras, y en el caso de los jugos, dar pequeñas cantidades siempre después de la lactancia. En esta etapa no importa realmente la cantidad que consuma sino el hecho de que esté comiendo en sí.

• Aleja el biberón y deja que se ensucie: Cuando se comience a experimentar con vegetales cocidos e incluso con las cremas deben servirse en tacitas o platos, con esto se le da la libertad de que explore texturas y sostenga el alimento para llevárselo a la boca el solito y es mucho mejor cuando este empieza a dominar el uso de los utensilios (lo que para los pediatras es un buen indicativo del correcto desarrollo psicomotor).

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• Tómalo con calma: Siempre experimenta con un alimento a la vez, en pequeñas cantidades y por al menos 2-3 días. De esta forma puedes evaluar la tolerancia que tenga el bebé al nuevo alimento.

• Comodidad ante todo: Así como ocurre con la lactancia materna, el niño tiende a rechazar el alimento cuando no tiene un ambiente/posición cómoda. Es importante que no solo se tome su tiempo sino que además pueda sentarse tranquilo y con la persona que lo ayuda a alimentarse de frente a él. No ofrezca alimentos muy sólidos, ni con temperaturas extremas.

• El cuerpo no necesita lo que no conoce: Por llamativos que les parezca, los lactantes NO necesitan galletas, helados, tortas, refrescos ni chucherías de ningún tipo dentro de la dieta.

• Lo natural también puede tener efectos secundarios: Evite a toda costa dar tés o infusiones de cualquier tipo a su bebé menor de 12 meses, estos pueden causar intoxicación fitógena, y daños significativos en su sistema digestivo.

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La palabra Lactante, define al niño que se alimenta con leche y es un período que incluye a todos los niños hasta los 2 años de vida. Lo que significa que aún cuando se tenga buena tolerancia a la Alimentación complementaria la lactancia materna (o la ingesta de lácteos según sea el caso) debe seguir presente en la dieta. Si están interesados en leer un poco más sobre esto, les dejo el primer post que hice sobre el tema:

Mamá, ¡Saca el pecho!: La leche materna y sus beneficios (parte I)

Este artículo fue basado en mis conocimientos, sin embargo, consulté a las siguientes páginas para complementar:
http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/44310/1/9789275330944_spa.pdf
http://www.aeped.es/sites/default/files/1-orientacion_para_la_ac.pdf
Pediatría Martínez, Salud y enfermedad del niño y adolescente. 6ta edición.

Espero hayan disfrutado leyendo este post tanto como yo al hacerlo. ¡Gracias por tomarse el tiempo para leer!