Hay varios tipos de existencias en nuestro universo, y varios tipos de planos existenciales en lo que podemos considerar el todo que nos rodea.
Existe la vida común, los animales, las personas, los extraterrestres, cualesquiera que sean estas sus representaciones, la fauna, los organismos microscópicos y la energía. La energía, no necesariamente es un cúmulo de poder, que se concentra o se dispersa alrededor de un área, preparada para darle un potencial o un movimiento a un algo. Puede serlo, pero no siempre lo es. La energía puede ser cualquier cosa, puede tomar la forma que deseé. Un árbol, un gato, un niña de 5 años, un anciano octogenario que apenas puede moverse, el agua, un pez, o simplemente el viento. La energía, es un ente que puede tomar la forma que deseé, y lo forma que decida tomar, es una que ha llegado a materializarse por obra y gracia de su propia voluntad y nunca en contra de la misma. Siempre tiene una función, y aquella forma que tome, puede ser alterada si así lo requiere en un futuro.
Dicho sea de paso, hay varios tipos de energía. Está la energía física, la metafísica y todo lo que le compete y le ha llegado a competir en algún momento. La energía matemática, la energía conductual, la energía psicológica, emocional, química, nuclear, entre otras.
Todas estas energías, tienen una forma definida, y les gusta ser llamadas por su nombre.
A la energía electromagnética, le gusta ser simplemente llamada Electricidad, a la energía del paso temporal le gusta que la llamen Tiempo, a la energía sentimental, aunque su nombre abarca mas, de aquello con lo que comúnmente se le relaciona, le gusta que la llamen simplemente Amor.
En teoría, son asexuales, pero pueden definirse en un sentido, aunque eso, suponga un concepto demasiado vago para la trascendencia de su existencia y su propósito infinito, perenne e inmortal.
Amor, generalmente, se representa a sí misma como una mujer. Una mujer que puede variar su apariencia dependiendo de la época, del contexto o de la realidad que tome. Ha estado involucrada, en todos aquellos momentos que han poseído un atisbo de su energía, de su presencia, en cualquier rincón de la existencia. Conoce de memoria de todos aquellos que han usado su poder en su nombre y sus historias. Incorrectamente, la gente relaciona su poder, con la capacidad de predecir cuando acabarán esas historias, que en su lid, hubieron de comenzar, pero eso es falso. Ella no posee ese poder, ese poder, lo tiene Tiempo, pero si le pertenece una habilidad llamada intuición inmediata, que no solo se aplica a la capacidad que tiene para entender, en que momento el amor se tiene que ir y en que momento debe incrementar o apartar mas o menos su presencia. No es una energía de abundancia, es una energía de necesidad, y aparece cuando tiene que aparecer.
Sin embargo, su uso, no depende exclusivamente de ella, y hay otras energías que intervienen y que se conjugan aunque trabajen de manera independiente, en la reacción que puede tener un ser vivo, de existencia infinitamente inferior, a la trascendencia que ellos poseen. Esa reacción, es el único poder que no es manejado por ninguno de ellos, y esto se debe, a que ninguna energía, absorbe a las demás.
Hay algunas, que son infinitamente mas poderosas, como Tiempo, Espacio y Materia, pero estas, en su extensa y vasta red de poder, no poseen las habilidad de presencias como Ego, Amor o Tolerancia.
Al ser las reaccionas, propias de cada ser, su manera de encarar las cosas, sus decisiones y su forma de ver la vida, depende exclusivamente de ellos y las energías, solo aportan su toque para que la forma de vida inferior, pueda realizar dicha encomienda que a si mismo, se ha asignado.
Sin embargo, el hecho de que las energías sean, omniscientes, omnipotentes e omnipresentes, no las hace exentas de ser influenciadas por otras energías, incluso en un concepto bastante vago.
Y esto, puede ser motivo para que una energía, sea remplazada por otro ente que ocupe su lugar, si dichos deseos primigenios, imperan en su red de pensamientos y en sus acciones.
Ego, a menudo, se representaba a si mismo como un joven de apariencia escuálida, un sujeto bastante delgado, de melena larga, ojos profundos, cuencas extensas, brazos alargados y torso plano. Parecía el típico arquetipo de rockero adolescente que no tiene mucho contacto con el aire libre. Ego, sin embargo, había tenido bastante relación con Amor, una chica de su edad notablemente mas baja, de cabello largo, cara alargada, sonrisa cálida y que transmitía una sensación de confort y de miedo, que eran incongruentes como para ser percibidas al mismo tiempo. Pero ella lo hacía, ella era capaz de eso, y eso atrapó a Ego.
Ego se enamoró de Amor, y Amor, no pudo enamorarse nunca completamente de Ego, aunque aceptaba sus sentimientos.
A medida de que Ego, iba descendiendo en la espiral que Amor trataba de controlar, hasta que muy tarde ya, se había dado cuenta de que no se trataba de ella, sino de varias energías mas que hacían su trabajo y no podían, ni debían parar, Amor entendió que Ego, estaba poniendo su inmortalidad a disposición del Cosmos, con el fin de poder estar con Amor.
Pero al no ser correspondidos sus sentimientos, Amor no pudo entregarle el mismo trato.
Amor, que a su vez, era otra forma de llamar a Amistad, tendía a ofrecer esa faceta delante de Ego, quién con el corazón destruido, sabiéndose superado por la influencia de agentes externos que cortejaban y acicalaban la atención de Amor, optó por abdicar a su poder, y rogar por una trascendencia rápida, que le hiciera olvidar su sufrimiento hasta volver polvo cósmico y perderse entre las estrellas.
El Ego era un elemento clave en la energía conductual y no podía morir, su mismo nombre negaba esa posibilidad y solo podía ser reemplazado, ya que, para bien o para mal, Ego no puede dejar de existir.
Su lugar lo tomó alguien mas, alguien completamente ajeno a lo acontecido y que nada mas tiene que ver en esta historia.
Tiempo sin embargo, una energía mucho mas primigenia y antigua que Amor y Ego, si tenía bastante que ver.
Amor lo amó desde el primer momento en que lo vio.
Y Tiempo le correspondió, aunque se convencía a si mismo en su sempiterna frialdad de que la razón primordial de su ser y de su todo, era el paso de las cosas.
La linealidad, la eternidad y la progresión natural de la vida en un entorno, que solo él podía ofrecer.
A menudo se representaba como un anciano, un niño de 5 años jugando con un camión. Un calamar gigante en una galaxia lejana de la tierra, una esfera de materia negra que resplandecía rayos violáceos e irradiaba luz, viento, cristales, agua, humo, entre otras cosas.
Pero, aunque no le gustara admitirlo, su representación favorita, era la de un hombre joven, apenas un poco mayor a Amor. Alto, delgado, de mirada clara, de tez fría, de brazos y piernas alargados, de movimientos torpes y de mirada comprensiva.
Tiempo nunca dejaba de ser Tiempo.
Y para bien o para mal, nunca podría dejar de serlo.
Tiempo, entendía eso. No podía dejar de ser Tiempo para estar con Amor, aunque ella si pudiera hacerlo.
Nadie podría tomar su lugar.
Solo le quedaba una cosa por hacer.
Su sola existencia aseguraría el paso de las cosas, y para eso, no hacía falta que usara su raciocinio.
Espacio le podía permitir, un entorno concentrado dominado por la nada, en la cual Tiempo pudiese sumergirse con el fin de ignorar los estímulos externos y asegurar el fin de las consecuencias.
De esa forma, Amor tendría que vivir para repartir una energía que no era capaz de sentir por otra cosa.
Y Tiempo, estaría condenado a existir eternamente, para entender, que incluso en la nada, sus pensamientos no se callaban, pero en ese aspecto, Espacio, ya nada podía hacer.
Amor lo visitaba a diario, en su gran esfera blanca de vacío. Preguntándose si Tiempo la pensaba, si él la extrañaba.
Y Tiempo se preguntaba si ella aún iría a verlo, si aun quisiera tenerlo y si todavía deseara amarlo.
El Amor y el Tiempo.