Sergei se había levantado en cuanto escuchó el llamado. Realmente no había entrado en ningún tipo de sueño por su condición, pero de igual forma se había levantado de la cama que habían dispuesto para él. Miró el reloj que estaba en la mesa de noche y los números marcaron las tres de la mañana.
La noche avanzaba y él igualmente lo hizo hasta la puerta de su pequeña habitación, salió al pasillo que estaba completamente oscuro, con la escasa luz se ayudó de la baranda de las escaleras para bajar hacia la sala. Sin embargo un sonido lo distrajo, lo hizo volver hacia las escaleras, en el inicio de estas. Una figura pequeña se encontraba en la sima. Sergei arrugó la expresión.
— ¿Amanda?—
— ¿Vas a alguna parte? –Preguntó ella, su voz era un susurro pero él claramente la escuchó –
—Sí. –Le respondió él. –
— ¿Es peligroso?—
—Aun no lo sé. – Le respondió. Realmente Sergei desconocía a lo que iba a enfrentarse, pero tenía una leve sospecha de que podía ser. No quería postergar más aquella por ello agrego al poco tiempo— Debo irme ahora. Por favor, vuelve a la cama.
Sergei no saldría por la puerta, y por eso pasó a la sala, donde abriría la ventana que lo llevaría al jardín. Al alejarse de las escaleras, Amanda bajó inmediatamente a su encuentro, pero el serbio ya se encontraba abriendo la ventana. La niña debía admitir que cada vez que Sergei salía le provocaba miedo que algo malo le sucediera, sobre todo porque al conocerlo era un completo ignorante de todo por cuanto lo rodeaba. Tenía miedo que algo horrible le ocurriera.
Se acercó a la ventana, aún seguía abierta, Sergei la vio desde el marco de esta. Había salido al jardín pero no había cerrado la ventana aun.
—Amanda, vuelve a la cama.
— ¿A dónde iras? ¿Cuándo volverás?—Preguntó la niña con aire preocupado y lo estaba—
—A la playa…creo que Eron está en problemas. –
— ¿Eron? ¡Pero él es malo!—
—No por eso se le debe de negar la ayuda – Argumentó el con su tono tranquilo. Amanda hizo un puchero, no estaba de acuerdo. Entonces Sergei se alejó de la ventana para poder salir del jardín. — Vuelvo pronto.
Amanda lo siguió con la mirada hasta que abrió la puerta de madera y salió a la calle. Entonces cerró la ventana.
Sergei recorrió la acera, Las calles solo eran iluminadas por las farolas con su luz dorada. No había ningún transeúntes en las calles como era normal, serían las tres y treinta de la mañana para cuando por fin llegó a la playa, pero realmente este no era su destino. Podía sentir el llamado dentro de sí, y este le decía que camino debía tomar. Antes de que pudiera desviarse del camino a la playa. Alguien lo llamó.
Volvió y encontró a Paris de pie detrás de él.
—Vaya, has salido de tu cueva – Paris tenía su cabello rubio amarrado con una cola alta. Miraba a Sergei con algo parecido a una sorpresa fingida. — ¿También lo has sentido?
— ¿Tú también?— Sergei miró a su antiguo maestro con interés que asintió al momento.
Paris señaló el camino de tierra que conducía a una área con mucha vegetación, de día, era un lugar hermoso y frecuentado por turistas para dar paseos, pero de noche, en ese instante era un pasaje aterrador. –
—Viene de allí. – Le dijo Paris.
Sergei no dijo nada, tan solo se adentró a la vegetación que nacía detrás de los barrotes de ese lugar, Paris lo siguió de cerca. En la medida que se adentraba al pequeño bosque lleno de palmeras y maleza la oscuridad se hacía más y más intensa.
Sergei tropezó varias veces con las raices en su avanzar, realmente no sabían a donde se dirigían, tan solo sentía que debían de avanzar cuanto antes, el llamado se había más fuerte y eso los inquietaba.
De pronto, se escuchó un fuerte lamento. Sergei enseguida lo identificó. Lo había escuchado antes.
—¡Sergei! – Antes de poder avanzar hacia donde se había producido el llanto que los agitó, aquella voz los detuvo en seco.
Paris volvió la vista hacia atrás y dos figuras aparecieron entre las penumbras.
—¡Gregory, Amanda! – Sergei exclamo. Estos se acercaban en la oscuridad con dificultad.
—Dos luces – Paris miró a Sergei con un dura expresión, al parecer no estaba muy de acuerdo con la presencia de dos luces allí — ¿Qué hacen aquí?— Preguntó una vez los vio cerca de ellos.
—Amanda, te dije que volvieras a la cama— Le regaño Sergei que por su parsimoniosa voz, no se acercó a un regaño. – Gregory, llévatela. –Ordenó.
—¿Qué está sucediendo? –preguntó este.
—No vamos a dejarte ir con Eron. Es un monstruo —Dijo Amanda. Como una exigencia.
—Vaya…que crueles pueden ser los niños— Paris dijo aquello y llevo una de sus manos al rostro con aire meditabundo, al poco tiempo dirigió su mirada a Sergei — ¿Eron? ¿Quién es? –
Amanda y Gregory dirigieron una mirada hacia Sergei que al parecer se habia visto descubierto. No le había contado a Paris el encuentro con Eron y su existencia por tanto el rubio se encontraba totalmente desubicado.
— ¿Quién es Eron, Sergei? –Exigió saber Paris, la parca mayor, el ambiente se silenció—
Sergei abrió los labios para responder, pero su voz fue callada por un fuerte lamento que asemejaba salir debajo de la tierra. Esto hizo la ilusión que la tierra temblaba, Amanda se aferró al cuerpo de su primo, Gregory.
—Ustedes dos. –Sergei miró a los primos que se habían abrazados producto del miedo — quédense aquí, Es una orden.
Dicho este Sergei se adelantó hacia la hilera de árboles. Paris no tardó mucho tiempo en seguirle el paso, mientras que Amanda y Gregory se habían quedado inmóviles pues los lamentos se hacían más seguidos.
Eran como si salieran de la tierra y esta temblara, tampoco parecía que fueran provocadas por una sola persona de hecho eran varias personas en una voz, al unísono. Como un coro aterrador de algún cantico fúnebre.
— ¿Qué es eso? – Preguntó Paris en la medida que avanzaban — Sergei, ¿has experimentado esto antes? …¿no es así?. —
Se detuvieron cuando los lamentos se hicieron más fuertes y potentes. Sergei dirigió la mirada hacia Paris que le observaba esperando una explicación.
—Eron es un Errante. – Le dijo al fin.
— ¿un Errante? – Inquirió Paris y frunció las cejas. — ¿Qué estás haciendo acudiendo a un errante? — Preguntó poco después con una voz que denotara indignación.
Sergei esperaba algo así. Paris no estaba al tanto de sus actividades, y por supuesto no estaba al tanto de que Sergei había violado casi todas sus enseñanzas. Debía de sentirse realmente decepcionado de el
—No nos corresponde lidiar con los Errantes – Dijo Paris – Ese es trabajo de los Guardianes.
—No hay guardianes en Flor paz. –
—Eso tú no lo sabes —
—Entonces, ¿Dónde están ahora? –Preguntó Sergei.
—No seas impertinente, esta no es nuestra tarea, ese Errante ha dejado de ser un alma común – Aseguró el rubio algo irritado. Desde que Sergei había estado relacionándose con esas dos luces, había comenzado todo. — Esa niña tiene razón, ese tal Eron es un Monstruo.
Sergei entornó la mirada. No le respondió nada al respecto, no esperaba que Paris le entendiera, pero aun así quería que lo hiciera.
—Eron no es un monstruo. –
Otro lamento atravesó el silencio.
—Si no quieres ayudarme, solo quedate aquí – Dicho esto Sergei se alejó corriendo de ese lugar, y de adentró a la espesura de la vegetación, Paris no lo siguió mas. Se mantuvo en ese lugar, sintiendo coraje por la estúpida terquedad de su antiguo alumno. Pues si el quería ir con un monstruo, Paris no iba a detenerlo.
Sergei salió a la orilla de la playa, la arena se le metió a los zapatos y solo podía escuchar el sonido del agua en el lento vaivén de su movimiento. Miró con atención a su alrededor esperando encontrar a Eron, pero no había rastro de el por ningún lado. Tan solo el mar, arena y la vegetación.
—¿Eron? –
Un lamento le respondió, aquello lo puso alerta. Vino pues una fuerte corriente de aire de algún lado, le golpeo el rostro, Sergei se vio obligado a cerrar los ojos. Al abrirlos sintió un frio inmenso apoderarse del lugar, pronto, vio el cuerpo de Eron frente a él, mas, este ya no era un cuerpo humano; era traslucido, grande, más grande que Sergei, parecía simular a una enorme serpiente, un cuerpo etérico, sin piernas, solo una enorme cola con la que aparentemente se transportaba, luego estaba su torso que a pesar de ser humano, tenía múltiples rostro en él. El rostro de Eron era una mezcla de muchas emociones; una conmoción eterna.
—¡Eron!
—¡Sergei! –Habló y su voz se tornó múltiple, su sonrisa se desplegó— ¡Has venido a hacerme compañía!.
La parca retrocedió ante la intimidante presencia, lo ojos de Eron eran dos perlas brillantes, intimidantes. Su cuerpo se encorvó para ver mejor a Sergei.
¿Qué le había ocurrido a Eron?, se había corrompido. Sergei ahora se encontraba solo, pero no importaba mientras que Amanda y Gregory se encontraran bien.
—¡Seergei! –Oh no.
—Amanda. ..
—¡Amanda! –Eron se movió siguiendo la voz de la niña, su rostro extendió una sonrisa de locura que inmediatamente alarmo a Sergei. — ¡Ella está aquí!
Al mismo tiempo que Eron se movía hacia donde la vegetación nacida, Sergei también se movió.
—¡No vengas Amanda!—
Eron volvió hacia Sergei y lo apuñalo con su mirada.
—¿Por qué no quieres que venga conmigo?—Le gritó tan cerca de su rostro, la parca sintió que el agua de la cual estaba formada su rostro. tembló por sus gritos.
—Eron, calma. Este no eres tu.—
El espectro tan solo gritó con fuerza, un rugido aterrador, millones de voces lo hicieron al mismo tiempo, llenando el ambiente de un griterío insoportable y miserablemente triste, Sergei se cubrió los oídos.
—¡Sergei! –Una voz se escuchó de entre todas ellas, Paris había salido de los matorrales, apareció rápidamente junto a Sergei y lo sacó de la presencia de Eron tomándole del brazo, sin embargo, Eron alcanzó a tomar por las piernas.
Paris casi al momento extendió una de sus manos hacia Eron y este se vio impulsado hacia atrás, como si le hubiera arrojado algún objeto pesado y contundente. Soltó a Sergei. Se alejaron lo más posible.
—¿Dónde está Amanda? –Preguntó Sergei viendo a Paris
—Ella está bien…preocupate por ti en este momento, Sergei – Le respondió el otro— ¿Qué intentas hacer?
Sergei no le respondió, estaba buscando con la mirada algún rastro de Amanda y Gregory. Eron se incorporaba e iba hacia ello, su tamaño aumento en un abrir y cerrar de ojos, y en su pecho traslucido, podía deslumbrarse algunos rostros que simulaban llorar y agonizar. Eran todas las almas comunes que había atrapado dentro de sí a través de los años.
—Hay que irnos. – Ordenó Paris. Sin embargo Sergei no respondió.
—llevate a Gregory y Amanda lejos de aquí. – Ordenó Sergei. Paris miró al serbio con el ceño fruncido pero este no volvió a verlo. Poco importó para cuando Eron arremetió contra ellos dos obligando a separarse, Paris retrocedió unos cuantos pasos, pero eso no detuvo a Eron de perseguirlo.
Entretanto Sergei terminó acercándose a Eron aunque este no había sido consiente de la cercanía. Dentro de su cuerpo yacían centenares de rostros, muchos de ellos eran rostros con expresiones tristes, melancólicos, al parecer no eran conscientes de la acciones del cuerpo del cual formaban parte, de otra manera Eron ya se hubiera dado cuenta que Sergei husmeaba en él.
Paris afortunadamente podía evadir las arremetidas de las fuertes olas y masas de agua saladas que iban y venían hacia él. Que Eron fuera de una masa enorme lo hacía lento. Inconscientemente Paris ayudaba a Sergei distrayendo al Errante. Mientras Amanda y Gregory observaban todo desde la vegetación oculta en la oscuridad y la maleza.
—¡Hay que ayudarlos! ¡Sergei está muy cerca, lo descubrirá!— Amanda se encontraba muy nerviosa, desde donde estaban solo podían observar como Paris huía de los ataques de Eron, ansiosos observaban a Sergei acercase cada vez más al Errante.
Por más que buscaba Sergei no podía encontrar lo que estaba buscando, Se movió rápida y sigilosamente hasta el final de la cola del Errante, donde escaseaban los rostros o más bien no había ninguno. Al poco tiempo de hallarse allí se fijó que había un rostro dormido en esta; reflejaba paz y tranquilidad; lo había encontrado.
—¡Sergei, ¿Qué estas haciendo?! – Paris gritó
— ¡Sergei Cuidado!—
Fue tarde aquella advertencia, Eron había cubierto a la parca con una masa de agua que lo absorbió hacia su cuerpo. Instintivamente Paris arremetió contra esta, pero poco hizo su telequinesis antes la cantidad de agua que tenía en su interior. Envolvieron a Sergei hasta que formara parte de su cuerpo y millones de rostro lo ocultaron dentro de él.
Amanda gritó al ver aquello, Paris se movió hacia ella, pues Eron había captado su atención. Iría por ella.
— ¡Salga de aquí, ahora! – Grito al momento de acercarse. Eron cayó en cuenta de su presencia, estaba a pocos metros de él. Estiró una de sus largas y gruesas manos que agua. La parca se movía rápido al esquivarlo, pero en una oportunidad, Eron tomo una de sus piernas y lo alzo por los aires.
—Tú eres muy molesto – La voz infecciosa de Eron resonó con un sentimiento de repulsión. Aquella parca era un problema, destruía sus extremidades con una extraña fuerza que no podía ver.
Paris aterrizó en la arena y pronto Eron fue a donde había caido. La parca se incorporó a duras penas y maldijo la inmensidad de aquel monstruo. Atisbó muchos rostros en su interior pero no divisó a Sergei por ningún lado. Que necio fue.
Los ojos de aquel ser enorme refulgían con una locura propia de su impuro estado. Se abalanzaron contra Paris que se movió para esquivarlo, pero fue empujado en consecuencia hacia algunas rocas, justo cuando Eron de disponía a tragarlo. Amanda y Gregory salieron de la maleza en su auxilio, un acto estúpido. Sin más que palos o piedras lanzándole a Eron, no eran una gran ayuda. Paris suspiró resignado, sabiendo que era su final.
Eron de distrajo volviendo hacia los dos humanos, pero esto no valió de nada para cuando una de sus largas manos tomó a Paris consigo y lo cubrió por completo.
—No se preocupen, lucecitas — Su voz espectral resonó provocándoles un horrible estremecimiento a ambos primos. Gregory soltó su armamento y tomó a Amanda de la mano para salir corriendo pues la imagen de Paris siendo prácticamente devorado por el agua había dejado claro que no tenían oportunidad.
Cuando se dio cuenta que Amanda estaba llorando, se sintió aun peor pues, Sergei ya no estaba con ellos, ni su amigo, poco podían hace para ayudarlos.
Eron los persiguió entre la vegetación como si de algún animal se tratara, movido por la locura y el desequilibrio de una mente perturbada por muchas emociones. Los llamaba pero estos no respondían, no querían exponerse ante tal destino. Los sollozos de Amanda no cesaban y esto era un inconveniente.
Se ocultaron detrás unas palmeras. Amanda se cubrió la boca mientras que Gregory le intentaba consolar con suave caricias aunque estaba temblando como gelatina.
—Tranquila…Amanda. Vamos a estar bien—
—¡Pero Sergei no está! ¡Él se lo comió! …le dije que no fuera con ese monstruo, pero no me hizo caso. –Sollozó la niña.
—…Amanda. No llores, nos descubrirá…—
A continuación todo se silenció y detrás de las palmeras unos hilos de agua se movieron hasta empujar a Gregory contra las raíces. Eron apareció entonces cubriendo las palmeras en su totalidad con el agua de su cuerpo y las atravesó al aparecer finalmente.
—¿Yo soy un monstruo? – Miró a la niña con una mezcla de tristeza y furia — ¡Yo no soy un Monstruo! ¡¿Por qué eres tan cruel?! —
Amanda fue corriendo a donde Gregory había terminado a parar. Este parecía estar adolorido por aquel golpe.
—Amanda…Corre, tienes que irte –
—No…no quiero, no quiero quedarme sola – Sollozó ella.
Como si hubieran hecho un cortocircuito en la mente del ente, este contorsionó el rostro.
—¡Sola! ¿Qué sabes tú de soledad? – Gritó con profundo enojo Eron que se alzaba sobre ellos como una especie de serpiente. — ¡Yo no quiero estar solo!
Dominado por esta premisa una de sus largas manos tomó a Gregory del suelo, lo aprisionó entre sus aguas y lo tragó formando parte de él.
—Pero ahora ustedes estarán conmigo, para siempre… —
Al poco tiempo, se abalanzó sobre la niña, pero en ese preciso instante, algo en su interior se retorció causándole dolor. Amanda se encontraba paralizada del miedo y de sus grandes ojos solo lagrimas brotaban con abundancia.
—¿Qué…me. – Eron retrocedió extrañado de un fuerte dolor en su pecho. Se tendió contra las palmeras y las raíces y todo su cuerpo de contorsionó. — ¡Aah…!
El cuerpo de Eron se encorvó, los rostros en su interior comenzaron a cerrar los ojos como si fueran víctima de una profunda agonía que los invitara a morir.
—No…¡No! ¡No!. ¡No quiero volver! –Gritó agonizando, tendido contra las palmeras— ¡No quiero volver!
Como empujado a la tierra terminó boca abajo en él. Su enorme cuerpo quedó echado en el piso. Amanda cerró los ojos pues, no podía con aquella imagen, Eron parecía estar sufriendo un profundo dolor. Pasaron unos segundos más en donde ni el Errante, ni la niña se movieron y después todo quedo en silencio.
El sonido del agua siendo liberada de una represa le hizo abrir los ojos y entonces se percató que enorme cuerpo se deshacía, corriendo por el piso y las raíces, hasta desaparecer.
Escuchó a alguien toser y salir de entre la maleza; Paris con su cabello enmarañado, totalmente mojado y con una expresión de desconcierto se encontró con Amanda. Su cabello le cubría el rostro que parecía intentar incorporarse sin lograrlo por completo..
—¡Estas vivo! – Lo abrazó sin pensarlo dos veces, aunque este poco le importo aún se encontraba en su ensimismamiento— Tenia tanto miedo…
—Técnicamente nunca lo estuve – Soltó Paris, en un susurro que ella no escuchó. —¿Dónde está Sergei?
—Y Gregory… — Ella reaccionó, se separó de él y corrió con cautela por los alrededores —
Paris la siguió no con el mismo entusiasmo de encontrar a su primo, más bien con la intensión de saber que había sucedido. Atravesaron la maleza y salieron a la arena de la playa. Allí junto en las cercanías, alguien estaba sentado.
Amanda instintivamente se echó para atrás.
Escucharon a alguien moverse a su derecha y vieron a Gregory salir de los matorrales a duras penas, tenía varias algas pegadas al cuerpo y estaba totalmente empapado. Tosía profundamente…
—¡Greg! – La niña fue hacia su primo que al abrazarlo creyó morir por el dolor de su cuerpo —¡Pensé que habías muerto!
Aquella escena llena de sentimentalismo poco le importaba a Paris que se acercó a aquella persona que se encontraba sentada en la arena cerca de los matorrales. Estaba igualmente de empapada, su cabello negro desparramado con algunas algas en ellas Paris en seguida lo reconoció: Sergei.
— ¿Qué le has hecho?—Pregunto Paris con dirección. – Al Errante.
El cuerpo de Eron yacía en la arena acostado, tendido como si estuviera durmiendo, era un cuerpo humano, un hombre joven, cabello negro igualmente mojado, desparramando sobre su cara, su rostro era de un blanco casi brillante. Parecía ser un cadáver muy bien conservado. .
—Sergei… ¿Me estas escuchando? – Paris preguntó y se acercó lo suficiente para verle el rostro, Sergei no tenía expresión en él, observaba a Eron sentado desde donde estaba y como si hubiera sentido la presencia de Paris volvió a verlo a los pocos segundos..
—No es importante lo que haya hecho con él. Ahora todo está bien. –
—¿Todo está bien? ¡Es un Errante, te atacó, a ti y a tus luces!— Paris le dijo esto con molestia casi indignación—
Sergei mostró alteración por la actitud de Paris. Entonces el cuerpo que estaba tendido en la arena abrió los ojos de repente. Estos eran azules.
Paris dio un respingo. Sergei no se alteró, permaneciendo impávido. El cuerpo de Eron se incorporó, se llevó las manos a la cabeza como si tuviera una profunda jaqueca, esto tan solo hizo recibir miradas inquisidoras del rubio.
— ¿Cómo te sientes Eron? – Preguntó Sergei
—¿Eron? – Inquirió Paris mirándolo con recelo. –
Eron miró a Sergei al escucharlo hablar y se llevó las manos al rostro como si retuviera algún sentimiento, dándose cuenta de algo. Paris arqueó una ceja ¿Ese sujeto era el Errante que por poco y los mata?.
—Lo siento mucho…—Dijo el Errante en un susurro, un lloriqueo – No quería hacerte daño, pero ellas…ellas me obligaron…
Entonces rompió a llorar…
—Está bien –Le dijo Sergei, se acercó a él y le palmoteo el hombro y acaricio su cabello — No eras tú. –
—Sí lo era – Paris objetó, cruzó de brazos ganándose una mirada de soslayo por parte de Sergei—
Eron aún no levantaba el rostro para cuando Paris había hablado. Parecía estar llorando de verdad, muy arrepentido. Aunque Paris afirmaba que era él y en parte era real, una parte de Eron, aquel que se encontraba llorando no era consciente de esas terribles acciones.
—¡Lo lamento, Sergei! No quería lastimar a tus amigos…! Yo no… —
—Ya no lastimaras a nadie ahora. –
—¿No me guardas rencor? – Pregunto Eron al verlo. Tenía los ojos brillantes con un sentimiento expectante de miedo
Sergei negó con la cabeza.
Paris se quitó un alga del cabello indiferente a lo que allí ocurria y vio como el Errante se levantaba, se limpiaba el rostro con esmero.
—Prometo no volver a hacerlo. –Dijo Eron entre sollozos. Sergei tan solo lo miró con algo de condescendencia.
Sergei se levantó también, no dijo nada pero desplego una suave sonrisa como si esta fuera una afirmación.
—Por favor, Sergei, dales mis disculpas a tus niños…creo que no tienen intención de verme ahora… — Le dijo el Errante antes de alejarse de ellos. Aun no dejaba de llorar. Efectivamente, Amanda y Gregory observaban todo desde una distancia prudente…—
—Lo haré
Eron sonrió tristemente y camino entonces hacia al mar donde al sumergiese desapareció. Al poco tiempo de esto, Paris lanzo un suspiró.
— ¿Por qué eres así? – Cuestionó Paris al verlo con el ceño fruncido — ¿Por qué no le dices lo que es?; Un peligro.
—No puedo ser tan cruel con el—
—No seas estúpido –Le dijo Paris. – Sabes cuál será su final. Se lo estas ocultando ¿acaso no es eso crueldad? Todos los Errantes deben de desaparecer tarde o temprano… Solo atrasas su partida.
Sergei contemplaba el mar mientras Paris le decía aquello. Sabía que tenía razón, Eron era la consecuencia de que las parcas no cumplieran todas sus asignaciones y por ende las almas comunes penaran y a la larga se convirtieran en los que Eron es. Un Errante. Un espíritu corrompido.
— ¿Sabes que el volverá a corromperse?—
—No es su culpa que sea así. Es nuestra…—Hablo Sergei, volvió el rostro y encaro a su igual— No llegamos a tiempo cuando llamó y ahora mira en lo que se ha convertido.
—Los guardianes se encargaran de él. Es su asignación, no el nuestro – Argumentó Paris – No sé lo que le hayas hecho…pero sea lo que sea no será eterno.
—Lo se…pero si eso le otorga un poco de paz, hasta que los guardianes regresen entonces es suficiente – Sergei simuló un suspiro.
— ¿Qué le hiciste? – Preguntó finalmente Paris, cansado de aquella discusión.
—Solo lo purifique. –
— ¿Lo purificaste? – El rubio inquirió confundido. No tenía conocimiento de eso. — ¿Cómo?—
Sergei se encogió de hombros. Al parecer se encontraba bastante cansado, tenía los hombros caídos y los ojos entornados.
—Solo lo hice. –
— ¿Solo lo hiciste?
Sergei asintió una sola vez con la cabeza y se balanceo hasta caer de bruces en la arena. Amanda y Gregory al momento fueron a socorrerle. Se había desmayado.
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Hola me pareció excelente tu historia quede atrapado y con ganas de leer mas, desde ahora te empiezo a seguir, puedes hacerlo tu también si quieres.
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Muchas gracias por tus palabras, y por leer este relato. Me alegra que te gustara~ De igual forma yo lo haré.
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Oye estoy viendo que eres de Venezuela, yo también lo soy, desde ahora estaré al pendiente de apoyarte. Saludos paizana. Sigue así.
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Asi es. Soy de Venezuela. Jejeje~
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Muy buen trabajo compatriota
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Muchas Gracias :D
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