Si te has dejado abrazar por un árbol, has experimentado la energía intacta de la madre tierra, desde los confines hasta el presente.
Si te has dejado llevar por la partícula de la tierra expandida en sus raíces y su plexo solar, hasta el infinito abierto.
Si te detuviste a sentir, arrastró tormentas y tempestades, sabes que te has regalado el soplo más intenso del espíritu.
En mi experiencia, lo sentí vivo y pulsátil en su cáscara tibia del ciprés y pino, el frío recorrió como mármol viviente con el arrayán y su aroma elevó mi danza con el palo santo. En tierra volcánica abracé las araucarias milenarias y silbando abrió la glándula pineal.
Es una experiencia inolvidable hablar con el árbol y su memoria de entrañas y cielo. Su resistencia bendijo mi temple, su ternura acaricia mi corazón, su textura pinchuda susurró vivencias de auto defensa, su oxígeno respiré infinitamente.
Si te has dejado abrazar por un árbol, recuperaste la identidad verde que corre por tus venas, la savia medicina restaurada, la conciencia libre de tu hermandad con cada especie.
En el abrazo unificaron misterios, perdones y gracias nuevas. Tu abrazo unificó siembras de antaño y el suyo amplió la cosmovisión de ser tierra, polvo, útero, canal que sacude las raíces universales.
Abrazo vital de un monumento vivo, libro de lo no escrito ni dicho. Arte viviente de raíz expuesta. El árbol amigo de la Tierra que habito. Altruista genuino, conocedor de entrega infinita.
Entonces, si sentís su abrazo, sabes de qué se trata sanar el espíritu.
If you have let yourself be embraced by a tree, you have experienced the intact energy of mother earth, from the confines to the present.
If you have let yourself be carried by the particle of the earth expanded in its roots and its solar plexus, to the open infinity .
If you stopped to feel, dragged storms and tempests, you know that you have given yourself the most intense breath of the spirit .
In my experience, I felt it alive and pulsating in its warm shell of cypress and pine, the cold ran like living marble with the myrtle and its aroma elevated my dance with the palo santo. In volcanic soil I embraced the millenary araucarias and whistling opened the pineal gland.
It is an unforgettable experience to talk with the tree and its memory of entrails and sky. Its resistance blessed my temper, its tenderness caressed my heart, its prickly texture whispered experiences of self-defense, its oxygen I breathed infinitely.
If you have let yourself be embraced by a tree, you recovered the green identity that runs through your veins, the restored medicinal sap, the free consciousness of your brotherhood with every species.
In the embrace you unified mysteries, forgiveness and new graces. Your embrace unified sowings of yesteryear and theirs expanded the cosmovision of being earth, dust, womb, channel that shakes the universal roots.
Vital embrace of a living monument, book of the unwritten and unspoken. Living art of exposed root. The tree friend of the Earth I inhabit. Genuine altruist, connoisseur of infinite surrender.
So, if you feel its embrace, you know what healing the spirit is all about.