A mi suegra con amor

Los enfrentamientos y desacuerdos entre las suegras y sus yernos o nueras forman parte de una rancia tradición que se alimenta con vivencias reales, pero también con chistes y anécdotas que, por lo general, nadie sabe de dónde proceden. Lo cierto es que amadas, vituperadas o aceptadas con resignación, las suegras son parte de la familia que queremos construir.

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🌟¿Cómo es la relación con tu suegra?

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Mi suegra ya no se encuentra en este mundo, pero puedo asegurar que fue una mujer que me brindó cariño, confianza y respeto desde el primer momento. Jamás tuve problemas con ella, porque cuando necesitó decirme algo con lo que quizás no estaba de acuerdo, lo hizo de la mejor manera, con palabras que emergían desde su corazón y con la evidente actitud de que solo buscaba el bienestar para la familia. Su generosidad, con todas las personas que disfrutaron de su amistad, era proverbial, para ella no había mayor satisfacción que ofrecerles a los demás todo cuanto podía.

Era algo usual, entre ella y yo, que nos sentáramos a hablar por largo rato sobre asuntos que podían ser importantes o no. Con toda confianza, ella me refería los desencuentros con sus hijos, lo que estaban haciendo de manera correcta o lo que no le parecía bien; las vicisitudes y ocurrencias de su marido y muchos otros temas que solo se les confían a las personas con las que sentimos empatía.

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🌟¿Viviste o vivirías con tu suegra? ¿Cómo fue la experiencia?

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Ya nuestros dos hijos habían nacido cuando debimos vivir por unos meses en casa de la suegra, debido a que estábamos en proceso de adquirir nuestra propia vivienda y no podíamos darnos el lujo de pagar aparte un domicilio alquilado. A pesar de que éramos bastante en un espacio que no era muy grande, no hubo nunca ningún problema. Todo lo que se compraba se compartía sin mezquindad alguna entre los que allí residíamos y más bien la madre de mi esposa, con su incansable disposición para todo, nos ayudaba con los niños mientras trabajábamos. Le encantaba preparar comida en abundancia y comprobar que a sus nietos y a todos los demás les gustaba aquellos exquisitos platos que emergían de su dedicada pasión por la cocina.

En cuanto a los pormenores de las relaciones cotidianas, jamás se comportó tendenciosamente a favor de los suyos; buscaba en todo momento razonar con imparcialidad para aconsejar a los que se empecinaban en persistir en sus errores. Las veces que le escuché levantar su voz con fuerza, fue para regañar, sobre todo, a algunos de sus hijos varones, quienes con frecuencia se comportaban de manera inapropiada, insistiendo en llevar a cabo esos actos que a ella le parecían más bochornosos.

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🌟¿Cómo generaste una buena impresión frente a tu suegra?

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En cuanto mi suegra me vio por primera vez, sin haber todavía hablado mucho conmigo, supo que hasta hacía poco tiempo yo había sido un ser parrandero, descuidado y evasivo de toda responsabilidad formal. Sin embargo, también se dio cuenta de que, en el fondo, no era un hombre que albergara malos sentimientos, que se trataba de alguien que cuando asumía un compromiso estaba dispuesto a cumplirlo. Nunca me propuse, por otra parte, una estrategia, un plan de acción, para deslumbrar a mi suegra, solo me presenté ante ella con las consideraciones y el respeto que, desde muy pequeño, mi mamá me enseñó que debía desplegar con las personas mayores. Y como nunca me he caracterizado por andar hablando más de la cuenta o por ofrecer lo que no puedo cumplir, todo fluyó de la mejor manera.

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🌟¿Por qué es tan difícil para algunas personas llevarse bien con la suegra?

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Toda madre quiere lo mejor para esos seres que ha traído al mundo, y alguien que se dedicó con amor, con trabajo y hasta con sacrificios a cuidar y educar a sus pequeños hasta convertirlos en hombres y mujeres no puede estar conforme con que venga cualquier individuo inconsciente a darles malos tratos, a convertirles la existencia en un martirio. Ante esa constante y comprensible preocupación, a las suegras no les queda más remedio que estar muy atentas a las relaciones de los hijos con su pareja.

Pero como, por lo general, las parejas desean independencia, históricamente les ha gustado tomar decisiones sin que nadie les diga lo que deben hacer, uno de sus miembros se sentirá siempre acosado por las intromisiones de la suegra, no soporta que ella pretenda regir los caminos del destino que solo deben construir quienes decidieron vivir juntos. Por esas razones se generan los desencuentros que, quizás por empecinamiento de ambas partes, aumentan hasta que se convierten en intolerables.

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Invito a los amigos:
@elider11,
@paholags y
@lirvic

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_{Nota: Las imágenes pertenecientes al autor fueron extraídas del álbum familiar, utilizando la cámara del teléfono móvil, modelo: Samsung SM-A135M.}