Con montura y cristal - Mi Participación

Hace algún tiempo no tan largo, el usar lente se consideraba, básicamente, signo de dos cosas: una persona muy tonta o una persona muy inteligente. En ambos casos siempre se minimizaba a quienes usaban lentes.

Esto sobre todo pasaba con los lentes correctivos. Siempre ha existido esa burla o menosprecio, al menos claro, que los lentes fuesen de sol o alguno dentro del uso de alguien adinerado y/o famoso,

En este último punto existían personas que siempre salían en una carrera frenética a comprar unos lentes que lograra mostrar un estatus que, por lo general, no poseían. Este tipo de acción a ido en aumento.

En la actualidad ese cliché se ha ido eliminado, no en el consumo comercial de este tipo de accesorios, sino a nivel de burla, sino por ser una necesidad médica. Eso sí, la incorporación de etilos más modernos en los lentes correctivos ha ayudado a esto.

No voy a ser la monedita de oro. Yo pertenecía al grupo de quienes se burlaban de los 4 ojos o los cerebritos. Pero la vida siempre tiene la manera de pasarte de manera irónica la factura.

Es por ello que, generalmente, se termina haciendo, usando o cualquier otra situación, lo que uno critica o hace burla. As que podríamos decir que La lengua es el castigo del cuerpo

Siempre había tenido una vista 20/20. Sin embargo, hubo un tiempo en donde leer se me estaba haciendo complicado. Esto, aunque intente ignorarlo, comenzó a crear problemas a mi salud.

Cuando los teléfonos móviles se hicieron más comerciales y pude adquirir uno, la lectura de los tradicionales mensajes de texto se me comenzó a dificultar. Ya había presentado problemas de lectura en mi primera PC, pero en ambas situaciones lo atribuí a cansancio o demasiado tiempo en ese tipo de lectura.

Pero fue en la época donde me desempeñé como actor de teatro cuando definitivamente le comencé a prestar atención a la situación y decidí buscar ayuda profesional.

Las horas de lectura comencé a dejar de completar gracias al cansancio de la vista y la aparición de frecuentes dolores de cabeza. Llego un punto en donde la situación definitivamente no era normal. Terco como mula y quizás por no caer en la burla que, hacia normalmente, me negaba a ir al oftalmólogo.

Sin embargo, llego el día que tuve que hacerlo y fue allí donde definitivamente se dio lo que yo temía, tenía que usar lentes para la lectura de libros o la PC. No es que esto fuese malo, simplemente que no quería aceptar una realidad gracias a los estereotipos que se pregonaban en mi juventud.