La pobreza parece haber llevado a un gran número de personas sin fundamento en vicios como el juego, la prostitución, el gángsterismo, el tráfico de drogas, la trata de personas y otras actividades ilegales a gran escala.Sin embargo, Dios no ignora nuestros problemas y situaciones financieras; más bien, la compasión lo impulsa a favorecer a sus hijos obedientes.

El deseo de Dios de que sus hijos disfruten de la plena prosperidad se explica en (3 Juan 1: 2)De hecho, cuanta más riqueza nos dé Dios, más se expandirá Su reino en la tierra. No creas a los que te dicen que no debes ser rico como discípulo de Cristo.

Esta es una falsa doctrina. La Palabra de Dios dice que debes prestar a las naciones y no pedir prestado (Deuteronomio 15: 6), y sus bendiciones nos enriquecen y no aumentan nuestro dolor (Proverbios 10:22).Sin embargo, antes de que puedas poseer tu riqueza divina, debes usar algunas llaves que te separarán de la pobreza y te llevarán al reino de las incomparables riquezas de Dios.

Lucas 6:38 nos dice que dar es el camino directo a la prosperidad y la solución a la pobreza, ya que trata la pobreza de una manera que elimina permanentemente la carencia en la vida de una persona.Aunque no se espera que tomemos en serio el dinero, no debemos ahorrar más de lo necesario, en la medida en que nos impida cumplir con nuestras responsabilidades para con el Señor o ayudar a los pobres y necesitados.