Narra la Biblia que Josúe y caleb fuerón los únicos que, aun cuando sin comida ni agua a pleno sol y en medio del caliente desierto, mantenían su confianza firme en Dios y se negaban a acompañar a más de un millón de personas que lloraban, maldecían y se quejaban en contra de Dios, acusándolo de haber abandonado a su pueblo en medio del desierto.
Por aquella valiente reacción casi son linchados, pero Dios los salvo de ser asesinados por la mayoria que pensaba diferente. Como recompensa divina fueron los únicos de los israelitas que salierón de Egipto que lograrón entrar a la tierra prometida.
Quien no desea ser rechazado por la sociedad termina repitiendo su comportamiento. Pero quien a decidido ser fiel a Dios tiene que estar dispuesto a quedarse solo y les aseguro que solo de esta forma tenemos la posibilidad de nadar contra la corriente.
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