Que la paz de Dios, el amor de Jesucristo, y la comunión del Espiritu Santo sea con todos.
2 Corintios 9:6-7
[6]Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
[7]Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
Nuestro dar debe ser abundante, si debemos de ser recompensados abundantemente.
Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
a. El que siembra escasamente, también segará escasamente: Un agricultor que siembre la semilla puede sentir que él esta perdiendo la semilla mientras cae de su mano hacia la tierra, y podemos sentir que estamos perdiendo lo que damos. Pero de la manera que el agricultor da la semilla en anticipación de una cosecha futura, nosotros debemos de dar con el mismo corazón.
i. Si un granjero plantara unas pocas semillas debido a que él quisiera “retener” lo mayor posible de las semillas, él tendría más semillas en su granero después del tiempo de la siembra. Pero en la cosecha, aquel que plantó más semillas tendrá mucho más granos en su granero.
b. Generosamente también segará: ¿Qué es lo que cosechamos cuando damos? Cosechamos bendiciones que son tanto materiales y espirituales.
i. Materialmente, podemos confiar que Dios proveerá para el corazón que da. La promesa de Filipenses 4:19 (Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.) esta hecho en el contexto de los corazones generosos de los Filipenses (Filipenses 4:15-18). Si le damos a Dios, Él nos dará materialmente.
ii. Espiritualmente, podemos confiar de que Dios recompensará al corazón generoso, tanto ahora como en la eternidad. Jesús habló de esto en Mateo 19:29: Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. ¡Jesús obviamente no se estaba refiriendo que recibiríamos cien casas si dejamos nuestra casa por Él, de la misma manera que Él quiso decir que recibiríamos cien esposas si dejáramos a una por Él! Pero Él si quiso decir de que nunca nosotros somos los perdedores cuando le damos a Dios. El Señor jamás puede estar en deuda con ningún hombre, y nosotros nunca debemos temer el dar “demasiado” a Dios. Espiritual o materialmente, no puedes dar de más a Dios.
iii. “Esta cosecha debe ser entendida en ambos términos, tanto en la recompensa espiritual de la vida eterna, y tanto a las bendiciones terrenales con la cual Dios honra al benefactor. No solamente Dios recompensa en el cielo al piadoso que hace el bien, sino en este mundo también.
El dar debe venir de un corazón correcto.
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
a. Cada uno dé: El dar es para cada uno. Cada Cristiano debiera ser un dador. Debido a los escasos recursos, algunos no pueden dar mucho, pero aún es importante que ellos den, y que den con el tipo de corazón correcto.
b. Como propuso en su corazón: El dar debe estar motivado por el propósito de nuestro propiocorazón. Nunca debe de ser forzado o manipulado. Debemos de dar porque queremos dar y porque Dios puso en nuestro corazón el dar.
Dios los bendigas.
Gracias por leerme.
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