Pero gracias a Dios, que siempre nos conduce al triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar la fragancia de su conocimiento. 2 Corintios 2: 14.

Las personas que se subestiman a sí mismas simplemente se infravaloran. Al creerte inferior a los demás, abres la puerta a la frustración, el fracaso y la derrota.
Si consideras de poco valor las potencialidades, habilidades y capacidades que hay en ti, entonces tendrás una pobre autoestima, en la que vivirás de pena en pena a los ojos de los demás.

En la vida cristiana, el apóstol Pablo dejó una enseñanza muy importante, en la que las cosas viejas quedan en el pasado, en cuanto recibimos a Cristo en nuestro corazón. Dios nos convierte en una nueva criatura, renovada y empoderada, con la capacidad de valorar los dones y talentos que el Señor nos ha dado para poder servir en su obra.

Cuando empezamos a valorarnos con todo lo que Dios nos ha dado, nos volvemos victoriosos y triunfantes en la vida. No puede haber derrota en un cristiano que ha puesto su confianza en Dios.

Deja de infravalorarte y emprende el camino de la renovación de tu mente a través de los pensamientos de Dios, en los cuales, Él siempre nos dice que hay victoria. Eres un vencedor en Cristo, incluso por encima de las dificultades y del desprecio de otras personas, tienes el sello de vencedor y conquistador de bendiciones.

Deja de menospreciarte y rechazarte a ti mismo y comienza a valorar lo que hay en ti como una fuerza poderosa de Dios para hacerte un vencedor en Cristo Jesús.

Es cierto, como todo el mundo cometerás errores, sin embargo, tendrás la oportunidad de aprender de tus errores y convertirlos en momentos de victoria en tu vida. No olvides poner tu confianza en Dios para superar todas las dificultades de la vida y tener un mejor concepto de ti mismo y de las potencialidades que Dios te ha dado.

Recuerda que en Cristo siempre vamos de triunfo en triunfo. Feliz y bendecido día.