Dorado nuestro perro de caza de pelaje dorado estaba constantemente en dificultades con bigotes el gato siamés del vecino, si dorado estaba en la casa cuando bigotes entraba en el patio gemía para que lo dejáramos salir a defender su territorio, ladraba furiosamente y se lanzaba al ataque, entonces bigotes lleno de pánico corría a subirse al primer árbol que encontraba.

Una vez a salvo, se dedicaba a discutir en su lenguaje gatuno con el perro, Dorado apoyaba las patas delanteras contra el árbol y peleaba en su lenguaje perruno, cierta tarde observé una escena inusitada, dorado había perseguido a Bigotes por el prado frente a la casa por alguna razón el gato decidió dejar de correr, se volvió junto al tronco de un árbol para enfrentar al perro que lo perseguía.

El perro, tomado por sorpresa, procuro detenerse, lo que consiguió a pocos centímetros del gato, este arqueo el lomo y comenzó a gruñir amenazadoramente, Dorado retrocedió un paso, se echo, puso la cabeza entre las patas y se puso estudiar a ese curioso energúmeno que le hacia frente, permaneció así varios minutos sin hacer nada.

Dorado debe de haber comprendido que tenia que dejar de molestar a Bigotes, el gato se dio vuelta y camino tranquilamente entre los arboles hasta su casa mientras el perro lo observaba pensé que eso era una ilustración adecuada del poder que existe en enfrentar a un antagonista.

Bigotes tomo el control cuando hizo frente al perro, creo que esto es lo que Jesús trata de enseñarnos en el sermón del Monte, nos está diciendo no pelees cuando entras en conflicto con gente difícil, tampoco debes someterte dócilmente a la injusticia, enfrenta a la persona, hazle frente con tu necesidad de controlar tu propia vida.

Eso es exactamente lo que haces cuando dices de acuerdo, si quieres que recorra una milla yo tomaré la decisión, iré dos millas, quieres mi saco, puedo darte mas aun, te daré también mi abrigo, yo controlo este encuentro, si te obligan a llevar carga una milla, llévala a dos.

Como dejamos de luchar con un reto cuando una parte de nosotros quiere estar involucrado activamente en resolver la situación, debemos de abrir el camino para que nosotros nos hagamos a un lado y permitir que Dios se manifieste con amor y orden, dejemos ir porque se que todo avanza en el momento correcto y de la mejor manera, y damos gracias porque por medio de la provisión incesante del espíritu de Dios, recibimos bendiciones.

Sabemos que cuando dejamos ir un problema, evitamos preocupación y estrés, también sabemos que debido a esa entrega estamos consciente de que Dios está manifestando la perfecta solución y debemos cooperar con su expresión, dejemos ir y dejemos a Dios actuar con la fe y comprensión de que el es la respuesta, enseñarnos a hacer tu voluntad, porque tu eres nuestro Dios.