Que te ha puesto tan deprimida, preguntó la señora Morton a su hija Dina, he notado que en los últimos días no has actuado como de costumbre, no es nada mamá, no tiene importancia, contestó ella, por supuesto que es importante, dijo la madre, ahora dime que anda mal, has tenido dificultades en el colegio.

Es Alicia Barnes, hemos sido siempre amigas, pero ahora se ha enojado conmigo, se aleja de mi en los recreos y ya no me llama por teléfono, hiciste algo que pudiera haberla enfadado, preguntó la mamá, no recuerdo haberlo hecho contestó Dina, entonces por que no se lo preguntas, sugirió la mamá, estoy segura que si hablan todo se aclarará.

No, exclamó Dina con vehemencia, es culpa suya, ella debería de venir a disculparse, podría ser que el orgullo sea lo que las mantiene separadas, preguntó la madre, cuando lo único que nos interesa es nosotros mismos y nuestros propios sentimientos heridos, entonces a veces imaginamos cosas que no son ciertas, si quieres tener la amistad de Alicia, entonces debes dejar a un lado tu orgullo y hablar con ella, puede ser que hayas llegado a suposiciones falsas.

Dina no contesto, pero sabia que su mamá estaba en lo cierto, después de las clases se acercó a Alicia y le preguntó porque estaba enojada con ella, yo enojada, tu eres quien se ha enfadado conmigo, contestó Alicia con frialdad, quisiera saber porque has dicho tantas cosas desagradables e injusta acerca de mi.

Dina sacudió la cabeza con incredulidad, de que estas hablando, yo no he dicho nada de ti, si lo dijiste, yo misma lo oí, insistió Alicia, te oí decir a Beatriz Morales que yo era la chica mas revoltosa y bulliciosa que habías visto, no puedes negarlo, Dina soltó la risa.

Si Alicia, lo dije, pero no hablaba de ti, sino de mi canario, no recuerdas que lo llamé Alicia por ti, así que de eso estabas hablando, Alicia se puso a reír con su amiga, que necia fui al enojarme por eso. El orgullo lleva a pensar mal y a formar suposiciones equivocadas que nos conducen a malentendidos y conflictos.

Tu orgullo te ha engañado, cuando tienes dificultad en perdonar a otros, como te sientes probablemente te sientes abrumado por la carga de sentimientos heridos o por el resentimiento, ahora ponte en su lugar, se sienten esas personas de la misma manera, probablemente no, tal vez ni sepan que han hecho algo que te inquieta, son tus sentimientos los que están heridos y la única manera de cambiarlos es perdonar y nos sentimos bendecidos porque el amor de Dios nos ha sanado.