Festo Kivengere, profesor de una escuela de mision en Uganda, Africa, no soportaba a su jefe, no tenia ninguna razon valida fuera deque este era un misionero ingles, detesto a ese hombre pensaba Festo cada vez que lo veia en una reunion quisiera que se fuera a Inglaterra de donde vino.

Una noche mientras Festo oraba sintio que Jesus le decia: Odias a ese hombre, pero es tu hermano, oh no se{pr, arguyo Festo, no es mi hermano, es un ingles solo los africanos son mis hermanos, yo amo a ese hombre tanto como te amo a ti, le dijo el señor en su mente, te digo que es tu hermano ahora habla con el, pero que le voy a decir, dile que lamentas haberlo odiado, pidele perdon, oh, señor, eso sera muy dificil para mi.

Si me amas a mi tambien tienes que amar a tu hermano, Festo recordo claramente el pasaje biblico, esta bien señor, ire a verlo accedio Festo finalmente monto en su bicicleta y comenzo el viaje de 75 kilometros que lo llevaria hasta el hombre a quien detestaba, mientras pedaleaba en el calor y el polvo ocurrio un milagro, posteriormente cuando conto esta experiencia dijo, senti como si mi bicicleta tviera motor, mi mundo habia cambiado, ahora tenia un hermano en esa casa y no a un ingles solitario detestado por mi, asi es el poder de Cristo.

El amor de Dios habia transformado el odio de Festo en amor por un hermano, cuando Festo llegó a la casa del misionero entro y abrazo al hombre a quien habia despreciado, el amor de Jesus me ha mostrado que usted es mi hermano exclamo, le ruego que me perdone por haberlo detestado, lo siento sinceramente, el hombre blanco y el africano se abrazaron y lloraron, luego agradecieron a Dios por el admirable poder del amor divino.

Jesucristo nos ha dado este mandamiento que el que ama a Dios ame tambien a sus hermanos, nosotros amamos porque el nos amo primero, si alguno dice yo amo a Dios y al mismo tiempo odia a su hermano es un mentiroso, pues si uno no ama a su hermano a quien ve tampoco puede amar a Dios a quien no ve, asi hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama, Dios es amor y el que vive en el amor, vive en Dios y Dios en el y cuando amamos a Dios y hacemos lo que el manda sabemos que amamos tambien a los hijos de Dios, el amar a Dios consiste en obedecer sus mandamientos y sus mandamientos no son una carga, porque todo el que es hijo de Dios vence al mundo.