¡Cordiales saludos comunidad!
En la roma antigua había un esclavo llamado Androcles, que escapó de su cruel amo, cansado de correr, se arrastró dentro una cueva y se quedó profundamente dormido.
Repentinamente un terrible rugido retumbó en la cueva, Androcles despertó aterrorizado, vio un león en la entrada, pero en vez de prepararse para el ataque, el león se aproximó cojeando hasta él, Androcles comprendió que el animal necesitaba ayuda y le tomó la pata para ver cuál era el problema, el león restregó la cabeza contra el hombro del esclavo.
Androcles encontró una larga espina metida en la parte blanda de la pata y se la sacó, el feliz león se puso a brincar como un cachorro, y le lamió las manos y los pies a su nuevo amigo, esa noche Androcles y el león durmieron juntos acompañándose en una cueva.
Al día siguiente el león llevó alimento para su amigo, ambos vivieron felices por un tiempo, hasta que un día los soldados descubrieron el escondite de Androcles y lo condujeron a Roma.
Androcles fue sentenciado a pelear contra un hambriento león, como era costumbre en aquellos días, miles de personas acudieron al circo para ver la pelea, cuando el león entró rugiendo, la muchedumbre lo azuzo para que atacara, Androcles debilitado por el temor, repentinamente dio un grito al reconocer al león que se abalanzaba sobre él, la enorme bestia se detuvo de golpe y permaneció quieta cuando Androcles lo rodeó con un brazo, después lamio los pies del esclavo.
La gente se sosegó, que significa eso, Androcles contó la historia de su amistad en la cueva, la muchedumbre lanzó grandes vítores, suelten a los dos para que vivan en libertad.
De modo que Androcles y el león fueron puestos en libertad y vivieron juntos en Roma por muchos años, liberados por el poder de la amistad.
Al dejar ir, y dejar que Dios manifieste lo mejor para todas las personas, abrimos el camino a la paz.
Cristo nos dio libertad para que seamos libre, por lo tanto, manténgase ustedes firmes en esa libertad y no se sometan otra vez al yugo de la esclavitud.
Como ministro, Jesús sirvió a mucha gente que aparentemente no gozaba de suficiente libertad.
Cuando mi libertad personal parece disminuir debido a circunstancias externas, recuerdo que la verdadera libertad proviene de mí ser interno, en oración desarrollo una nueva libertad la cual celebra mi unidad con toda la humanidad.