A manera de preámbulo

Estimados lectores, me es grato encontrar propuestas tan interesantes como la presente, sobre todo porque me da un espacio para presentar una serie de ideas dentro de mi trabajo como filósofo del arte.

Más grato me resulta el acercamiento reflexivo sobre una obra de arte inserta en la llamada pintura flamenca. Es una iconografía que me interesa mucho. Sueño incluso con algún día ir al Museo del Prado, para ver algunas obras.

Breve introducción

La obra que vamos a comentar es la que lleva por título: Los amantes emparejados, y que alude a la siguiente imagen, por cierto, digna de admirar; como quedará manifiesto al final del artículo.

Fuente de la imagen.

La obra en cuestión es de Massys, quien desde una perspectiva historiográfica resulta ser un pintor flamenco que fue relevante, sobre todo, en la primera parte del siglo XVI, como se indica de manera puntual en Redacción (s/f).

Por cierto, sin ánimos de entrar en un debate, de acuerdo a investigaciones que se han venido desarrollando, por la academia, también se le conoce a la obra como la pareja desigual, según se lee en el mismo artículo de Redacción (s/f) y añade que dicha obra se encuentra en la National Gallery of Art, en Washington.

Valga superar esa acotación y ponernos frente al cuadro en cuestión, para disfrutar del mensaje y del goce estético que nos pueda proveer.

A manera de relato ensayístico

Sebastián se encontraba absorto frente al cuadro intrigante, por lo que de manera muy vaga se percató de la información que le estaba ofreciendo su ya amiga, Soledad. Ambos, el aspirante a escritor y la exitosa marchante de arte, querían comprender la iconografía flamenca.

Las notas que tenía Soledad para Sebastián, que estaba invitado a redactar un catálogo particular, indicaban que la pintura flamenca se gestó entre los siglos XV y XVII, en lo que se conocen como los Países Bajos y, fue altamente atractiva para el mercado del arte europeo de aquella época. Vergara (s/f).

Si bien, a Soledad sólo le interesaba la parte monetaria respecto a la posibilidad de comercializarese cuadro, aunque Sebastián no entendía esa alternativa pues el Museo en cuestión, no pretendía soltar dicha obra; a él le intrigaba el sustento filosófico y estético de su argumento para el catálogo.

Recordó un artículo de un colega suyo, Domínguez (2024) quien es filósofo y experto en arte, donde señalaba la trascendencia de darle su peso real a la obra de arte, en tanto que contenido y figura, es decir, evitar prejuicios sobre lanoción de la belleza. Sobre esa idea escribiría el encargo de Soledad.

Dialéctica sobre la noción de belleza

Aunque pareciera inconclusa la trama, no lo es, ese suspense intencional nos permite intelectualmente debatir sobre la belleza contenida en el cuadro. ¿Lo es? Claro que sí. Tanto la técnica, como sus personajes que, aunque uno es viejo, lo es.

Como señala Domínguez (2024), investigador que existe realmente, a diferencia de los personajes Sebastián y Soledad; desde la perspectiva del pensamiento filosófico de Hegel, deben superarse criterios iconográficos impuestos por la historia de la estética.

Referencia

Domínguez, H, J. (2024). El arte y el artista modernos en Hegel. Estudios de Filosofía, (69), 137-158.

Redacción. (s/f). Massys, Quinten. Museo del Prado. Recuperado el 21 de agosto de 2024, de https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/massys-quinten/2a304e3a-fc5a-4539-bc93-f7f10ad7c937

Vergara, S, A. (s/f). Pintura flamenca y escuelas del norte. Museo del Prado. Recuperado el 20 de agosto de 2024, de https://www.museodelprado.es/coleccion/pintura-flamenca

invitación

Me permito invitar a @zulma2021 y @hljott al presente concurso.