Taller de poesía Gaya Ciencia. Sesión N° 1/4. Rompiendo el primer límite

Forzando el primer límite: los temas

Hay un par de ideas preconcebidas y muy extendidas entre los entusiastas (y los definitivamente no entusiastas) de la poesía:

1. Los poemas hablan siempre de los sentimientos y casi siempre del amor.
2. Los poemas son para expresar penas, llorar y expresar sentimientos oscuros.

Mentira podrida, jejeje...
Para tranquilidad de todos, la poesía puede (y quiere) hablar de cualquier tema. En la antigüedad, muchos textos científicos se escribían en verso (por razones nemotécnicas, es cierto), pero también era un modo de llevar noticias de actualidad de una población a otra. Es también el modo en que tradicionalmente se recuerdan a personajes ilustres, hechos importantes de la historia de los pueblos, accidentes naturales importantes , etc. La poesía puede (y quiere) reflexionar sobre el mundo y sus avatares,sobre el sentido de la vida, y puede (y quiere) hacerlo en los registros más variados que pueda lograr: con humor, con filosofía, con ironía, con dulzura, con nostalgia, con ganar de ver arder el mundo... y etcétera.
Y, por supuesto, puede usar los recursos propios del arte poética o combinarse con otras artes, como la música, la pintura, pero, (¿por qué no?) también con la gastronomía, la ciencia, la política, el diseño, la sicología...

¿Vamos viendo por dónde avanza este camino? A dónde quieras.
Pero hay que aprender a caminar por él.

Veamos un ejemplo de un maestro del oriente venezolano, Andrés Eloy Blanco. Se trata de Pesadilla con tambor, poema escrito en 1931, cuando el poeta fue preso por la dictadura de Juan Vicente Gómez en el Castillo de Puerto Cabello:

Poderoso: son los nombres de sus hermanos de presidio. Son los nombres de los torturados, los asesinados; pero también de los torturadores y los carceleros... Con algunos pocos elementos del contexto: los ruidos de la mazmorra, la comida. Es un lamento que resuena con fuerza hasta hoy y es capaz de hablar por los presos y los torturados del presente también.

¿Se preguntaron por qué el poema se titula Pesadilla con tambor? Pues tengo para mí que es una pesadilla que hace retumbar los nombres y amplifica el dolor como si del golpe del tambor se tratase. Y quiere llegar lejos... Creo que lo logró.