Llovió toda la noche y madrugada, de una manera tan tenue tan estrictamente silenciosa que solo se escuchaban las gotas caer, persistentes, contantes, insistentes, ese ruido que te da paz porque no hay trueno o relámpago que te asuste, esa perseverancia que trae confianza que solo llueve y…es bueno. De vez en cuando se cuela un aroma a tierra mojada y sientes que las plantas deben estar felices…disfrutando.

Amaneció y la llovizna leve se fue mermando, salí a tomarle una foto y al mirar la palmera que está en mi jardín me mostró sus gotas, así tal cual espontanea, tenaces como la brizna que duró tanto, no quise decepcionarla y la fotografié, a sus hojas impregnadas con chispas de precipitación pausada, como dejándome constancia de su bienestar.

El preticor aun se sentía, el calor que tan mal nos has tratado en días anteriores disipado, el sol que nunca nos deja solos estaba un poco de vacaciones con las nubes, el cielo gris amenaza que continuaría derramando sobre nuestro hogar y la palmera protagonista la gracia del agua que derrama el cielo.

…y la lluvia prosigue más fuerte y trae a mi alma nostalgia sutil…
(Letra de la canción Lluvia de Luis Guillermo Sánchez).

Gracias a @venezolanos y a @evagavilan por la motivación a escribir y a hacer la imagen.

Invito a:@antoniob @yanhel @rashel