La maravillosa máquina de escribir, esa que nos exigía una perfecta ortografía y redacción porque al “fallar” no quedaba igual en la corrección siempre con “tipex” salía esa letra que con una especie de talco blanco evidenciado la equivocación y que habíamos borrado, nunca quedaba el error totalmente disimulado. En cambio ahora contamos con un teclado y un verificador de las palabras automático, con la posibilidad de imprimir en cuanto tengamos todo listo, el antiguo artefacto de escribir era transcriptora e impresora a la vez.

Es este un “contraste temporal” de los más ventajosos del cual el hombre disfruta en todos sus quehaceres, fue como saltar una enorme brecha al hacerlo desde el aparato para redactar y la computadoras actuales con sus teclados con similar disposición en las teclas de sus antecesores. Nos decía Benedetti en uno de sus poemas…”no te salves, no te quedes inmóvil al borde del camino”…imposible… el mundo en los últimos 40 años ha sido vertiginoso en su progreso en especial en la modernidad de lo digital, las comunicaciones y la forma de expresarnos.

El mundo de las pantallas nos ha hecho ser mas visuales, tener la gráfica como elemento inmediato de la vida cotidiana y las letras no escapan de ello, parece algo mágico escribir sobre una hoja que no es papel, que no huele ni sabe a él…pero que podemos convertirla en tal, en documento, en referente escrito en el momento que lo deseemos…un contraste temporal para disfrutar de todas sus ventajas añorando de cierto modo aquellos días de la máquina de escribir.

Invito a: @sol02 @abi24 @ikwal