15mo Mini Concurso – Sobre ruedas. @cbuendia

Muchos de nosotros, sobre todo si somos adultos, hemos tenido experiencias sobre ruedas de todo tipo, buenas cuando recordamos nuestros patines nuevos, la alegrìa de nuestra primera bicicleta ò patineta, nuestro primer carro, aunque fuera usado, el que tuvo carro nuevo y el que lo tuvo chocado. Malas si tuvimos accidentes o si las ruedas del cuento nos las robaron. Tantas historias con ruedas que escoger la mejor me cuesta , espero que esta que les cuento sea de su agrado.

Resulta que en un viaje que hice a la ciudad de La Habana, capital de la isla de Cuba, en ocasiòn de presentar un trabajo en un Congreso al que mi Laboratorio fue invitado, donde me esperaba mi querida amiga Griselda Acosta, Jefe de Proyecto de la Institución anfitriona, después de cumplir con nuestros compromisos acadèmicos, me hicieron una invitaciòn a pasear por la Vieja Habana, donde los turistas y visitantes se deleitan con la amabilidad de los cubanos, sus pintorescas costumbres y los comercios de artesanías de la Calle Obispo.
Al pasar por una de las plazas donde están algunos edificios oficiales, nos encontramos con unos jòvenes que tenìan en alquiler, "solo para turistas" pues cobraban en dólares, algunos espectaculares modelos de los años 50, tan bien conservados y relucientes que me parecìa haber viajado en el tiempo. Aunque no soy una persona caprichosa y no me estaban sobrando las 'divisas', no pude resistir la tentaciòn de escoger un hermoso descapotable de brillante color rojo y tapicerìa blanca que 'me pedía a gritos' que yo lo condujera.

Nunca había manejado un carro descapotado, ni uno tan extravagante como aquél, sólo fueron unos pocos minutos alrededor de la plaza, mi amiga tomò la foto y me esperó pacientemente, pues sólo aceptaban una persona por vehìculo en cada recorrido, le paguè adelantado y me subì a ese carro de 'farándula', suave y espacioso, sin un solo ruido, me sentì como una artista de 'Hollywood', solo me faltaba un gran sombrero de alas anchas para sentirme la màs glamorosa de la ciudad. Esas 4 vueltas en ese hermoso vehículo fueron una experiencia inolvidable, me sentì trasladada a otra època como un dèja-vu. La experiencia valiò con creces lo que di por ella.