Hola, reciban un cálido y afectuoso saludo apreciados amigos, miembros de esta Comunidad Venezolanos Steem, en esta ocasión quiero participar en el concurso titulado: Concurso de Arte y Escritura #134 y Ganadores de la Edición #133/ Art and Writing Contest #134 y Ganadores de la Edición #133 y en esta edición 134 de "Arte y Escritura" tiene como invitado al destacado pintor Albert Gustaf Aristides Edelfelt, mejor conocido en el mundo pictórico como Albert Edelfert.

Erik Edelfelt fue un digno representate del movimiento realista en Finlandia.

Se nos presentan tres de sus obras, para que nosotros seleccionemos la que más nos motive a escribir.

La primera de sus obras se titula Traslado del ataúd de un niño (1879), la segunda, Niños jugando en la orilla (1884) y la tercera Mujeres fuera de la iglesia (1887).

La obra de Albert Edelfert que mas me inspiró a escribir es "Traslado del ataúd de un niño” (1879).

Espero que les agrade mi pequeña historia, aunque tiene un contenido trágico.

Esteban y Carmen estaban casados y de esa unión nacieron Miguel y Rafael. Miguel tenía 10 años de edad y Rafael tenia 12 años.

Ellos vivian cerca de la playa y Esteban trabajaba como pescador para poder llevar el sustento a su hogar.

Para poder ir al pueblo mas cercano debían viajar en botes, los cuales eran remados por dos hombres, quienes cobraban el pasaje a los que tenían que viajar al pueblo a comprar alimentos, medicinas y cualquier cosa que necesitaran.

Una mañana Miguel le dijo a Rafael:

Vamos para la orilla de la playa a bañarnos.

Y Rafael le respondió:

Mejor jugamos trompo o metras, porque papá y mamá se enojaran si se enteran que fuimos a bañarnos en la playa.

Entonces Miguel le dijo:

Pero es que ellos no se van a enterar, … vamos

Rafael convencido ya por Miguel le dijo:

Vamos pues, pero si nos regañan será por tu culpa.

Y los dos niños se fueron para la playa, en donde decidieron bañarse y cuando tenían rato divirtiéndose, le llegó una enorme ola que hizo que Miguel se cayera en un hueco y con el golpe perdió el conocimiento y lamentablemente se ahogó.

Rafael angustiado y debido a su desesperación no supo que hacer para salvar a su hermano, solo le quedó gritar y llorar desconsoladamente.

Del terrible suceso se enteraron Esteban y Carmen, quienes lloraron por la pérdida de su hijo y solo repetían:
¿Por qué Dios? ¿por qué mi hijo?, no es justo porque él era solo un niño.

Para poder enterrar su cuerpecito en el cementerio del pueblo, tenían que trasladar el ataúd del niño en un bote. En ese bote fueron Esteban, Carmen, Rafael, la mamá de Carmen y la hermana de Esteban.