Desde niña, solía jugar el carnaval en mi casa con mis hermanos y un vecinito. Siempre lo hacíamos con agua, para ello, llenábamos bombitas de las más pequeñas con agua. Cada uno se escondía en su trinchera con un tobo lleno de bombitas de todos los colores y alguien contaba 3 y empezaba la guerra de agua. No había lugar en el que nos metiéramos del que no saliéramos empapados. En la medida que fuimos creciendo, nos dimos cuenta de que las personas jugaban un carnaval muy diferente al que solíamos jugar mis hermanos y yo. Un año nos enteramos de que había habido dos muertes en el carnaval, no por accidente de tránsito o por exceso de velocidad o alcohol, sino por "salvajismo". Desde uno de los pisos más altos de un edificio tiraron una "bombita congelada" a alguien que pasaba y falleció días después en el hospital y la otra persona de la que supimos fue igualmente de un piso alto pero colocaron el agua en una bolsa de plástico, de esas que nos dan en el abasto y la congelaron para luego dejarla caer, como una gracia e iba pasando una señora y también falleció y yo me preguntaba, ¿en dónde tienen la cabeza esos seres?, decidí entonces salir lo menos posible en esas fechas.

Con los años, cuando tocó el deslave del 99 a la Guaira y las circunstancias me hicieron cambiar de lugar, comencé desde ese mismo año a asistir, con mi cuñado y su familia a a la calle _Fernández de Zerpa,_ de la ciudad de Cumaná por varios años consecutivos, a ver las hermosas y coloridas comparsas que tanto las comunidades aledañas como las diferentes empresas e instituciones preparaban para estas fechas. Allí conocí a la negra, (hasta hoy para mi, su género es un misterio) llevaba tal sirindanga encima que no hablaba, solo me miraba y hacía señas con las manos :)

Siempre entusiasmados y llenos de alegría nos íbamos bien temprano, con nuestras respectivas sillitas plegables para agarrar los mejores puestos antes de que llegara la multitud, je je!

Ya tengo un tiempo que no voy por cuestiones de transporte, son pocos los que circulan estos días por lo de la gasolina y hasta los taxis son pocos y los que hay siempre van ocupados. prefiero entonces retomar mi posición de mis años de adolescente en cuento a las salidas, yo no por los huevos que te puedan lanzar, porque están muy caros ja ja! sino por el transporte.

De estos años me encanta aún escuchar las "San Martin y O' la Soca" son canciones que transmiten alegría y visten muy bien al carnaval. Disfruten...