En medio de una noche de luna llena, a través del desierto, se encuentra vagando un león solitario. Su melena se movía al son del viento, con su piel y ojos dorados. Pero a pesar de lo hermoso y maravilloso de este gran mamífero, el león tenía un anhelo: los sueños. Por las noches, el león se acercaba con cuidado al lugar donde estaba la gitana. Ella era una persona misteriosa, con mirada y cabello oscuros. Su instrumento musical estaba a su lado, en silencio y olvido.

La gitana tenía un secreto. En un pequeño envase de vidrio tenía arena mágica. Esta arena, proveniente de diferentes partes del mundo, poseía el poder de llevarla a otros lugares en sus sueños. Cada grano era un portal a diferentes mundos. Ambos, león y gitana, compartían un pacto. En medio de la noche, el león dejaba una de sus patas sobre la manta de la gitana. Esta era su señal. Mientras tanto, la gitana tomaba un puñado de arena y la esparcía por su cuerpo. Así su espíritu se elevaba y sus sueños la llevaban a otros lugares.

En uno de sus sueños, la gitana bailaba entre las estrellas. En otro, caminaba por los bosques, en medio de los susurros de los árboles. En uno más, nadaba entre aguas puras que eran hogar de preciosas criaturas con colores increíbles. Mientras el león la observaba con mirada tranquila, se preguntaba: ¿qué veía en sus sueños? ¿Recordaba su juventud? Nadie podía saberlo, solo que su presencia calmaba a la gitana. Era como si él fuera un antiguo guardián que otorgaba protección mientras ella incursionaba en sus sueños.

Pero una noche, la gitana no volvió. El león la esperó con inquietud. Anocheció y amaneció, pero ella seguía sin volver. El envase con la arena estaba intacto, el instrumento seguía en silencio. El león lanzó un rugido fuerte al cielo, con dolor resonando en medio del desierto. Hay quienes dicen que el león sigue esperando. Todas las noches pasa junto a la manta, mirando a la luna. Tal vez algún día la gitana vuelva con historias de otros mundos. Hasta que eso pase, el león sigue siendo el guardián que espera entre la frontera de la realidad y la imaginación.