RETO// UNA CANCIÓN, UN RECUERDO //Por @eudisdiaz

A pesar de que nunca antes nos habíamos disgustado ni habíamos estado distanciadas por ninguna razón, pasé un año entero sin hablarle a mi madre. En ese lapso de tiempo, me embaracé, tuve a mi primera hija y no conté con su presencia, sus consejos, su apoyo, sus atenciones pues ni ella ni yo quisimos dar el primer paso para la reconciliación.

La echaba muchísimo de menos. Ante cada nuevo evento, me imaginaba lo que haría ella si estuviera ahí. Ante cada dificultad, me preguntaba qué haría ella (porque mi madre es una mujer de recio carácter y de decisiones acertadas), pero, por orgullo, en todo ese tiempo no le dirigí la palabra.

En esa época, se gravó el nombre de Roberto Carlos en el Paseo de la Fama de Miami para artistas de Latinoamérica y un vecino que vivía frente a nuestra nueva residencia (fanático declarado del cantante brasileño) empezó a poner con mucha frecuencia los discos de Roberto Carlos. Desde la casa de la abuela, podía oírlos todos casi sin notarlo, pero apenas empezaban a sonar los acordes de Lady Laura, mis lágrimas corrían sin parar hasta mucho después que terminaba esa canción.

Con el nacimiento de mi hija (aunque no de inmediato) vino también la reconciliación, pero nunca hemos hablado de lo que pasó ese día ni de porqué mantuvimos tanto silencio y distancia entre nosotras.

Cualquiera podría decir que, al no hablar de lo ocurrido, hemos practicado la evasión durante casi tres décadas. No obstante, nos ha funcionado porque recuerdo ese año de mi vida sin dolor ni rencor. Adoro a mi madre y nuestra relación es maravillosa. De hecho, mis hermanos dicen que yo soy la consentida de mamá y yo estoy de acuerdo con ellos.