Me siento complacida participar en la sexta semana de desafío, con un tema tan emocionante como es vibrar alto. Comienzo mi primer momento mostrando la foto de mis 2 hijos, mi hija Cristal tenía como unos 8 años y Freddy unos 10 años aproximadamente, después de un año recibiendo clases de catequesis en la iglesia católica, recibieron por primera vez el sacramento de Eucaristía, de la sagrada comunión, haciéndose alimento para sus almas, aumentando la gracia y dando la vida eterna. Para los que somos católicos, es un momento importante, después lo celebramos en casa con un rico almuerzo para toda la familia, aumentando nuestra alegría y vibrando alto.

Mi segundo momento fue cuando logramos adquirir nuestro primer carro, un Chevrolet Corsa 2004, antes nos gustaba salir a todos lados, pero pasábamos trabajo viajando en autobús, llevando los bolsos más los juguetes preferidos de ellos, mi esposo no quería comprar carro porque le daba miedo que yo en algún momento pudiera tener algún accidente, no es fanático de los carros y no le gustaba manejar, hasta que por fin accedió y comencé a buscar modelos y precios que fueran accesible de pagar en cómodas cuotas, para ese entonces todavía en Venezuela quedaban agencias que vendían carros nuevos, el día que fui a retirar en la agencia, era tanta la alegría que duré una hora recorriendo las avenidas sin parar, teníamos carro propio para salir a pasear.

Mi tercer momento, fue hace 2 años en casa de mis padres, en la Victoria, Estado Aragua, llegamos para pasar un fin de semana con la familia que todavía viven en el pueblo, sin haberlo planeado, empezaron a llegar otros familiares, llevaron música, comidas, bebidas, jugamos dominó, bailamos, los primos que tenían tiempo sin verse, compartieron bastante, pasamos un fin de semana en familia y las vibras volaron alto.

Hay un dicho que dice, cuando nos reunimos con personas que sonríen, la vida te empieza a sonreír.