Una científico observa el mundo a través del instrumento que le ayuda a espiar el universo desde la comodidad de su planeta natal.

En alguna estrella errante de la galaxia de Andrómeda alguien alzó al cielo un grito que recorrió años luz a la velocidad
que el espacio le permitía.

A través del telescopio, la única testigo pudo ver cómo el polvo, las estrellas y los gases de cada brazo eran succionados
por el sumidero espacial causado por la expresión de dolor.

Un agujero negro que se traga la luz, la vida y las esperanzas que lo rodeaban ocupó el lugar de Andrómeda.

La estudiosa del espacio se preguntó entonces: ¿son los agujeros negros portales a otras dimensiones o, como acabo de ver, cicatrices de cataclismos?

Si se trata del segundo caso, ¿cuánto tiempo nos queda en la Vía Láctea?