Comprendería que la existencia en la tierra haya sido momentánea, pero solo han sido unos largos años de vida calando todos mis huesos. Como si la pena de haberme visto convaleciente ante las circunstancias, me llevaran a tomar la decisión indiscutible de citarme con la compañía viajera, esa que pocas veces saludo y cuando sucede me deja un sinsabores.
Me ha explicado lo duro que es llegar a sentir la soledad y lo fácil que sería adaptarse a ella, aunque no se esté preparado hay algo en tu interior que irremediablemente la busca para darle hospedaje.
¿Luchamos por quedar atados en el tiempo o realmente le damos importancia a lo que se avecina?. La compañía viajera llegaría en cualquier momento a nuestras vidas, ya sea que lo invites o el aparezca así como cuando la noche cae en pleno invierno.
Transcurrieron los días y no hice nada más que pensar en el ¿Porqué no? Me he perdido de los días de mi juventud aferrada a momentos que únicamente idealicé, se quedaron allí, en esos que se convirtieron inalcanzables para mí.
La compañía viajera se alejó dándome a su vez una única oportunidad de cambiar el rumbo de mi vida, tomé en mis manos las riendas e hice lo que debía.