Escribir sobre el carnaval es algo complejo para mí porque no es precisamente mi celebración favorita, por lo que casi siempre ando desactualizada de lo que está de moda con relación a los disfraces o a la nueva música y voces de esta festividad.

Invito a @venturabogarin, @lacharrakey, @vicent21, @anasuleidy, @yolvijrm y @vickaboleyn para participar en este concurso musical y de tradiciones carnestolendas. Por acá les dejo el link para que vayan directamente a la publicación de la convocatoria: Concurso | Música de Carnaval.

Primero voy a escribir un poquito sobre mi experiencia en el carnaval. Se trata de mi niñez.

De pequeña vivía en Caracas pero cada vez que mis padres podían viajar para Cumaná se venían para esta ciudad donde hoy vivo. Una de esas fechas eran los carnavales.

Siendo sincera yo fui una niña muy consentida y para los carnavales mi tía me hacía un disfraz para ir a ver las comparsas. Me disfrazaron de muñeca, de ángel, de elfa, jajaja esos son los disfraces que más recuerdo. Nada de maquillaje en la cara!

Por supuesto, yo fui feliz porque mis disfraces no los tenían más nadie pues eran hechos por mi tía y su creatividad.

Ese es un recuerdo muy especial para mí.

Al inicio de mi adolescencia, oía a la gente en Caracas sobre los carnavales de El Callao. Y, más o menos, de 15 años mis amigos cumaneses viajaban para los carnavales de Carúpano.

Esas son mis referencias de los carnavales.

En Cumaná, también, se hicieron carnavales muy bonitos. Había elección de la reina, en el estadio de beisbol, y las candidatas eran 1 por cada parroquia.

Mi tía nos contó que por los años 60 las colonias: italiana, española, portuguesa, libanesa y siria también participaban con sus carrozas en el carnaval de Cumaná. Parece que era algo espectacular; los caramelos (en Cumaná también se llamaban “pichas” a los caramelos) y papelillos eran abundantes por la calle Bermúdez. Pero por una pelea, que ocurrió en algún momento, esa tradición de participación se desvaneció.

Los carnavales se siguieron haciendo pero eran más tradicionales (comparsas) que de fantasías.

En cuanto a la música, a mí me gusta el Calipso. Esa sonoridad del cuatro, con charrasca y bumbac me fascina. Y para muestra un botón Ajá Bandido.