La escritura creativa ha sido una de las pasiones que he descubierto en esta plataforma y debido a ello, aprovechar el espacio que nos brinda nuestra amiga @solperez es un gran placer para mí, porque conecto con la magia que este arte transmite. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  La mañana de un sábado, Tito en compañía de sus padres van a la estación de trenes que hay en el pueblo con la intención de esperar a su hermano mayor, quien viene de la ciudad para disfrutar una temporada de vacaciones en familia.

  Toda la familia destila alegría por la llegada de José. El papá de Tito le asegura que él iba a viajar en tren cuando se fuera a estudiar una carrera universitaria. Ante estas declaraciones, Tito se emocionó e inmediatamente imaginó que estaba sentado en el puesto de un vagón llamado Universidad.

  Con la llegada de José, Tito comenzó a preguntarle cómo era viajar en tren y, para sorpresa de él, su hermano le llevó de obsequio varios juguetes, entre los que casualmente estaba un vagón que tenía por nombre Sueño.

En este vagón me iré a la ciudad

  Afirmó Tito con un tono de voz risueño. Su familia lo abrazó fuerte expresando todos al unísono un armónico ¡Amén! Como símbolo de apoyo moral. El tiempo avanzó y, el pequeño Tito ya es un adolescente. Su deseo de ir a la ciudad en tren sigue intacto.

  Los padres de Tito llegaron del colegio del pueblo. Sin embargo, sus rostros no proyectaban alegría y gracias a lo intuitivo que él solía ser, lo notó e inmediatamente les preguntó qué había sucedido para que estuvieran tristes.

Hijo, no vas a poder ir a la universidad porque rechazaron tu solicitud de inscripción

  El rechazo, Tito lo conocía muy bien, porque todos los niños e incluso, algunos adultos solían etiquetarlo como el niño rarito debido a que no le gustaba socializar y siempre veían que sus conversaciones eran unilaterales evitando así el contacto visual y proxémico con personas que no fueran sus padres y hermano mayor.

  Ante esa negación, Tito entró en crisis y por más que sus padres quisieron suavizar la situación, él estaba claro que en la universidad no lo aceptaron porque tiene el Síndrome de Asperger y, él en una ocasión escuchó a uno de sus profesores decir que él no iba a quedar seleccionado por dicha realidad.

  Destrozados por la crisis de Tito y las pocas oportunidades que podía tener; sus padres rompen en llanto y exclaman que Dios ha sido muy injusto con ellos. Sin embargo, el hermano mayor de Tito les dice que eso no es una injusticia del creador, sino la prueba que todos debían superar.

La universidad me hizo perder el vagón

  Fueron las palabras que comenzó a decir Tito desde ese momento y, entregado a la frustración, todas las tardes antes del ocaso, se iba a la estación de trenes para observar la llegada del vagón donde él soñó viajar a la ciudad para estudiar una carrera universitaria.

  Pasaron los años y, Tito continuaba vagando en la melancolía del rechazo que le hicieron en la universidad. Cada vez que el vagón donde viajaría a la ciudad llegaba a la estación, sus ojos se llenaban de lágrimas. Para él, la vida había sido muy injusta, porque lo castigó con un síndrome que no le permitía ser aceptado en la sociedad.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!