La madre viuda hasta este momento ha dirigido la vida de su hija, sin embargo, ya comienza a sentirse algo agotada de las travesuras de su hija.

Ay Clarita; ya estoy cansada de dedicarte tanto tiempo estoy emocionalmente seca y no tengo más energías para cuidarte y apoyarte.

Mientras, Clarita se mira en el pequeño espejo que sostiene con su mano izquierda, esta insegura, se cuestiona quién es ella y cómo los demás la ven. Ese lazo rosado la hace ver todavía inocente y conectada a una infancia que está a punto de terminar dado su paso a la adolescencia. A pesar de las duras palabras que su madre acaba de decirle todavía siente una conexión con ella.

Mamá que fastidio, deja de filosofar y apúrate al secarme con esa toalla que tengo frio y estoy desnuda quiero vestirme y recoger a mi muñeca Hanavell dice Clarita.

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La muñeca se asemeja mucho a Clarita y hasta ahora ha influido en la manera en que ella misma se ve, con una imagen de belleza que crece cada día. Hanavell y ese lazo en el cabello al yacer en el suelo recuerdan el hecho de que la niñez es transitoria y que los desafíos de la adolescencia están a punto de comenzar.

Sin quererlo con sus palabras la madre de Clarita está transmitiendo sus inseguridades a su hija, aunque ella asegura que la está preparando para el duro y largo camino de la vida. Clarita, llena de curiosidad, comenzó a hablar sobre los cambios que estaba experimentando.

Mamá, me gusta hablar y jugar con Hanavell pero a veces siento que ya no soy una niña.

La mamá responde: Es normal sentirte así, ya que tu cuerpo y tu forma de pensar están cambiando.

Hanavell, aunque obviamente no podía hablar, ocupaba un lugar simbólico en la tertulia. Para Clarita, la muñeca era una representación de su infancia y la inocencia perdida, ella la de vez en cuando la abrazaba y le contaba sus secretos como si la muñeca pudiese entender todo lo que sentía.

La madre, respira hondo y le habla a su hija casi adolescente acerca de lo importante de encontrar un equilibrio. Le dice: Es verdad que estas creciendo Clarita, pero nunca olvides a la niña que llevas dentro ya que tanto la mujer que pronto serás y la niña que fuiste pueden vivir juntas en paz,. No olvides llevar contigo los recuerdos y la alegría de tu infancia.

Al finalizar de esta conversación, Clarita se siente más aliviada y logra confiar más en su madre, comprendió que ser adolescente no significa dejar todo atrás. Apoyándose en su madre logro crecer aún más y logro comprender que la vida a pesar de hacernos enfrentar a grandes cambios, también puede ser un viaje lleno de comprensión y entendimiento.

Con este breve relato participo en el Concurso de Arte y Escritura #131 Enlace Aquí sugerido por @solperez.

Invito a participar a @yulexis21, @robertorrivas y @lilianajimenez.

Espero estimados amigos que hayan disfrutado de mi publicación inspirada en la obra de Suzanne Valadon del año 1897 titulada La muñeca abandonada. Valadon fue una artista con una vida muy agitada y estoy en estos momento investigando más acerca de su vida.

Es un gusto participar en esta dinámicas que nos hacen pensar y desarrollar aun más nuestro intelecto y nuestra vena artística como escritores y creadores de contenido. Suerte a todo los participantes. Un gran saludo.