Erase una vez un hombre llamado Pedro que era muy interesado y ambicioso, un día entró en una taberna y se encontró con un pirata que tenía una pata de palo a quien todos llamaban KA-KÚ, Pedro le compró al pirata un viejo y roto mapa el cual tenía un escrito que decía “El Mas Grande de los tesoros”…

El señor Pedro esperaba con ansias el día en que se iba de viaje en búsqueda del tesoro, se desesperó tanto que no aguantó más y emprendió su viaje siguiendo la ruta indicada en el mapa.

Primero embarco en un viejo barco que navego por varios días hasta que avisto un gran desierto en el cual desembarcó, comenzó a caminar y caminar bajo en intenso sol sin encontrar la ansiada “X”, usual marca que dejan los piratas al enterrar sus tesoros, pasaron 1,2,3… y otros días mas, en fin, estaba muy sediento y deshidratado, tenía muchos días sin beber el preciado líquido denominado agua, era muy grande la desesperación pero ahora no por el dinero y el poder que este le daría sino por el agua, ¡tenía tanta sed! Que alucinaba y se tragaba la arena pensando que era agua y creyendo que había un inmenso oasis donde podía beber y disfrutar del paisaje…

Seguía caminando y caminando hasta que consiguió la tan codiciada “X”, excavo con sus manos como un loco desesperado y sacó un hermoso cofre y al abrirlo…¡OOOH!!! Exclamo sorprendido por lo que se encontraba allí …era un viejo y pequeño recipiente con agua, el mismo se encontraba al lado de unas monedas de oro puro y un letrero que decía : “Nada mas puedes tomar una de las dos cosas, el agua o el oro, porque al tomar uno el otro se convertirá en sal ” y Pedro sin pensarlo dos veces tomó el recipiente con agua pues se dio cuenta que ésta era el mas grande de los tesoros y al mismo tiempo pensó que él podía vivir sin el oro, pero le sería imposible vivir sin el agua…

El señor Pedro aprendió la lección que le había dado la vida, dejó de ser ambicioso y comenzó a darle el correcto uso al agua, a dar charlas sobre el tema, dando el ejemplo y enseñando a los niños de que no se debe ser ambicioso al extremo y que debemos ser conscientes en darle al agua un uso correcto y racional, preciado e imprescindible recurso natural.