¡Ay Padre, esta semana promete en De Lunes a Lunes con el tema que nos regala @charjaim! Y como yo no puedo quedarme atrás, pues aquí estoy para contar un momento de mi vida que me metió en tremendo problema, pero, en mi defensa, debo decir que no lo hice a propósito ¡Ja, ja, ja, ja!

Resutla que el año pasado, se celebró una fiesta en la Plaza del Edificio dedicada a la Virgen de Valle. Ese es el único día en el que todos los vecinos guardamos los problemas y no reunimos. Ese día yo bajé y me senté con unos vecinos que son de mi agrado, porque los demás no son mucho de mi agrado.

Conversamos, bebimos un par de tragos, nos comimos unos pasapalos... Seguimos bebiendo... Cuando terminó todo, a eso de las 3:00 am, nos quedamos un grupo abajo y, de pronto, escuchamos un ruido estruéndoso. Era una piedra que lanzaron y pegó de un Kiosko.

Todos nos quedamos esperando que se escucharan los gritos y lo que vimos fue a un hombre corriendo más rápido que flash, porque lo venía persiguiendo una mujer tan furiosa que, mientras corría se agachaba a recoger piedras para lanzarle.

Cuando por fin pudimos salir de nuestro estado catatónico y reírnos por nuestras caras. Descubrimos a los personajes del suceso. Eran unos chamos de la ubanización bastante conocidos en la misma. El chamo era nativo de la urbanización, pero se había ido hace mucho. Ella sí se quedó en la urbanización. Entonces, alguien hace referencia a que la mujer que lo perseguía era la esposa.

Mi cara fue un poema, pero creo que ellos no se habían dado cuenta. Ellos seguían hablando sobre eso y en mi mente no cabía que la esposa de ese muchacho se pusiera con esos dramas, porque nunca había dado muestras de ser así. Resulta que yo conozco a la esposa y lo concocí a él por ella. Se podrán imaginar mi sorpresa.

Después de un rato, vuelve a aparecer la mujer y salto yo: Pero, esa no es la esposa de él. Todos me miraron con cara de ¿Quééééeè? A eso agregué que su esposa yo la conocía y que no era ella. Uno de los amigos me refuta diciéndome que estaba equivocada y voy yo con mi bocota a decir:

No, señor, la esposa de él es otra. Ella debe ser la amante. Además, que yo sepa ellos siguen juntos.

En efecto, así era. Lo que yo no sabía era que en el grupo que estaba reunido, ninguno sabía que él tenía esposa, porque al parecer, él jamá lo había dicho o contó otra historia. El problema no quedó allí. Días después me enteré que
una de las mujeres presentes en el grupo fue con el chisme a la muchacha tirapiedras y eso fue todo un desastre.

Una de ellas investigó, se le presentó a la otra. Se pelearon. Hubo una separación. Se devolvieron, en fin toda una odisea intensa. Por mi parte, yo decidí no aparecerme, ni llamar a mi amiga, ni cruzarme con ella en un buen tiempo. No, por ella, sino por él. No quería sus reclamos por haber hablado demás. Uno nunca sabe cómo puede la gente reaccionar frente a esas situaciones.

Me despido de ustedes hasta una próxima oportunidad, mis amores...