Pero no todo termina ahí. @audiarmig nos invitó a presentar aquellas características que no son susceptibles de capturarse con una cámara fotográfica. Ella lo llamó “Lista de transformación personal” y me encantó esa denominación pues esos rasgos internos son precisamente los que nos dicen a nosotros y a quienes nos rodean que hemos cambiado.
Verdaderamente, no soy la misma aunque todas mis fotos parezcan de la misma época pues, después de los 14 años, he mantenido el mismo peinado. Las experiencias, el contacto con nuestros semejantes, las mudanzas, las pérdidas, los deseos de cambiar, nos van transformando.

Yo me autodescribiría con cinco palabras (mi hija me ayudó a hacer esta selección): exigente, hacendosa, emprendedora, tolerante y honesta.

Son mis cualidades más relevantes. Confieso que antes me molestaba fácilmente y pasaba muchos días rumiando la rabia contra quienes la habían causado. Pero aprendí el valor del perdón y empecé a aceptar que mi manera de ver y hacer las cosas no tiene por qué ser la misma que usen los demás. Así que ahora soy tolerante y me sorprendo que hoy soporto cosas por las que antes habría hecho un escándalo.

Sin embargo, soy exigente conmigo misma y con los demás al tratarse de trabajo y compromisos. Soy una mujer emprendedora y siempre estoy buscando cómo mejorar mi negocio y darle más valor que el que ya posee. Para eso lo atiendo con honestidad, valor que también exijo a mis colaboradores pues me parece que es imprescindible para el crecimiento de cualquier empresa y grupo humano.

De igual manera, me autodefino como una persona hacendosa pues mi casa y mi negocio deben estar impecables desde la entrada hasta el fondo pues no admito que nada esté sucio o fuera de su lugar. Puedo llegar muy cansada a mi casa pero si encuentro que algo se derramó o rompió, me armo de mis materiales de limpieza y lo dejo todo como nuevo.