Ya había amanecido y dieron las 8 de la mañana y mi cuñado aun no llegaba, pues nosotros listos para partir, llevábamos pescado para preparar en la laja.

Casi a las 9 llego el cuñado, el carro ya venia full, aun así todavía quedaba espacio para nosotros y pues partimos, ya cuando estábamos cerca nos encontramos con que la lluvia de la noche <anterior había tumbado un palo y estaba en medio de la carretera, pues entonces nos toco dejar el carro en medio de la vía y cargar como hormiguitas hasta llegar a la laja.

Ya en el lugar, todos en movimiento para montar la comida, unos buscando piedras , otros leña, otros las ollas y otros en las orillas de la laja.

Cuando ya todo estuvo montado el frijol, el arroz y el pescado, entonces los mas viejos de la manada enseguida ubicaron su mesita para jugar un dominó.

Llego la hora de la comida.

Los que que no jugamos aprovechamos para darnos un chapuzon en esas ricas aguas de la laja, pasamos una tarde totalmente diferente, lejos de estos calorones que nos ahogan.

Ya casi a las 3 vecinos del sector decidieron levantar el árbol que estaba obstruyendo la via, efectivamente a fuerza de hacha y machete en unos minutos ya la camioneta pudo llegar hasta la laja, aprovechando para darle un bañito tambien.