− A menudo escucho a la gente pasar de un lado a otro, van de prisa y enojados; yo me rio porque se les nota la preocupación, la inútil preocupación por evitar el irrevocable final que a todos nos espera. Ellos saben que no hay nada que hacer, pero allí van, creyendo ser más fuertes que el destino, imaginándose la realidad como si de un cuento de hadas se tratara. Algunos comentan sin pena ni gloria que no se puede ir en contra de la naturaleza; el que lo dice no sabe que más decir y el que lo oye admite con su silencio que es totalmente cierto.

Por mi parte, solo puedo sentarme en este sillón y seguir observando cómo van, como pasan, como crecen y envejecen intentando alargar sus días las distintas personas en diferentes épocas. Lo peor es ver como pierden el tiempo aquellos que se lamentan, se arrebatan en la amargura, se refugian en la tristeza, y cómo otros buscan cruzar el portal antes de tiempo para aliviar su dolor. Oh, si yo pudiera hablarles, si yo pudiera contarles que aquí no hay día ni noche, no hay ríos ni mares, ni lluvia ni sol, ni abrazos, ni caricias o sonrisas, que aquí solo reina el vacío y la soledad, que todo está lleno de nada y que la nada no deja espacio para existir.

Entonces, sacudiendo sus brazos, lleno de frustración porque ya no soportaba más el silencio, quiso levantarse para marcharse pero ya estaba de pie, intentó avanzar hasta que se dio cuenta de que era inútil porque en la nada podía estar en todos lados a la vez; decepcionado volvió a su sillón, percatándose así, que sin querer había logrado palpar la realidad, provocando que la cortina que decoraba la ventana que estaba al lado del sillón donde él se encontraba sentado cayera en su regazo.

El hombre que se encontraba en aquella habitación súbitamente dirigió su mirada hacia el sillón, observando la cortina caída sobre él, dándose cuenta de que la ventana se encontraba cerrada y que no había una respuesta lógica para que de pronto la cortina se cayera de la nada. Sin intentar entender lo que pasó observó que la cortina caía daba la forma de una persona sentada, como si debajo hubiera alguien, aunque él sabía que nada había abajo. Así que rápidamente tomó sus materiales y comenzó a bosquejar tan curioso incidente.

_Fuente

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_{Esta publicación fue creada en participación al concurso de @crearte al que quiero invitar a participar a @cuaji04, @slon21veka y a @asdruayser-game, espero que puedan unirse.}

Gracias por leerme.

¡Bye!