¡Hola amigos!
Hoy es un día de esos en los que no quiero ni pararme de la cama, no deseo comer, ni hablar con nadie, son pensamientos que se apoderan de mi mente y lo único que hago es llorar.
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Y aunque no puedo echarme a morir por mis hijos, me levanto, me seco las lágrimas y salgo a buscarles su comida. Dios hizo en mi una mujer guerrera, nada es fácil pero tampoco difícil. Con lágrimas en los ojos y el corazón bien arrugadito me paré, limpie mi casa, bañé a mis hijos, les di desayuno y me voy a la calle, a caminar un rato.