Por los caminos de babilonia.

Hoy me encontraba en una colina muy empinada, donde se podía apreciar los hermosos paisajes que habían y lo azul del cielo amplio, y mientras la tarde caía yo estaba ahí parado admirando la maravilla de la naturaleza, mientras que las olas del mar golpeaban los ricos con bruteza, yo seguía mirando toda esa belleza.

De camino a regreso anduve por los caminos de Babilonia, lugar de escritores y filósofos muy famosos, lugar de las palabras más existentes que hay, el lugar donde me sentía cómodo a pesar de lo lejos que estaba de casa.

Al llegar a esa tierra pude ver los diferentes negocios que habían, cada uno ofrecía diferentes comodidades y comercios de todo tipo, una de las cosas que más me llamo la atención fue su lenguaje, noté el idioma que hablaban con el acento tan original, es como dicen los libros, “y en babilonia hallarás el lugar perfecto”

Mientras que caminaba por los senderos de babilonia fui socializando con los poetas, su poesía era tan sencilla, uno de ellos me regalo un libro, y al leerla me metí por completo en su personaje, me cautivo tanto que al ver mis poesías comparada a las suyas, pude observar que aún me falta mucho por aprender.

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Y los judíos de babilonia se daban cuenta que era forastero, me veían de arriba abajo con cara de amargura, me sentí como el inquietante descanso, de mi bolso saqué un libro escrito por mí y le pregunté a ese poeta que le parecía. El con una sonrisa en su cara me dice que si puede ser vendido que le parecía muy original el libro.

Y me dijo, tal vez se venda más rápido que otros por sus mensajes, logras captar la innovación del mundo real en tinta, esos mensaje son muy significativos para las personas, y con ellos es un abrir y cerrar de ojos puedes hacer que sus días cambien.

Y entonces le dejé el libro, y mientras que me iba alejando del pueblo de babilonia aquel poeta se despidió deseándome un feliz viaje, y esperando a que le trajera más de mis escrituras, desde entonces el pueblo me recordará como aquel forastero que un día compartió sus escrituras con nosotros, como aquel forastero con palabras muy significativas.