Fue dificil que mi madre me diera libertad, pero entre lágrimas, abrazos y despedidas tome ese largo camino, veinte horas de viaje desde San Cristobal hasta San Fernando de Apure, despues de recibir las credenciales como docente de la escuela granja de Puerto Paez, agarre un vuelo en linea Aereopostal de una hora a esa localidad, donde quedaba la escuela granja en zona fronteriza.

Los escombros son livianos, cuando los recuerdos salten como peces de la materia gris, al llegar a mi destino mi vista se perdió en la distancia pues estaba acostumbrado a las montañas, donde la visión es mas corta y aqui se perdía en el horizonte, una gran extensidad era el aereopuerto de tierra, una casita con una sala era la oficina de atención a las personas, aquello estaba solo, el señor que atendía era propietario de un jeep muy antiguo, en muy buenas buenas condiciones, se ofreció a darme la cola ya que el vivía frente al lugar de mi destino.

Y como saldré de aqui, fue mi primera interrogante, me dije para mis adentro, solo el tiempo lo dirá, cuando mis aspiraciones eran continuar los estudios superiores, mientras tanto asumiré el reto que tenía por delante ante Dios, la patria y mi madre, pues debía ganar dinero para enviarle, de esta manera contribuir con los gastos tal cual ella lo hizo conmigo para que terminara mis estudios como maestro normalista, de nivel medio.

Dios no pone carga en nosotros que no podamos levantar, asi que tome el toro por los cachos y comencé a trabajar con mucho entusiasmo, compromiso, ética, y sobre todo mucha responsabilidad, poco a poco le tome el pulso a mis funciones como educador, fue asi como logre ir superando todos los obstáculos en los caminos de la vida.

La amistad que nace en las dificultades trae un sello mágico en el tiempo, dentro del equipo de trabajo la mayoría eramos solteros y los noviazgos no se hacian esperar, cada quien establecía sus propios retos de acuerdo al ritmo de vida.

Igualmente en mi relación nació el amor con una compañera de trabajo, llamada IRIS HIDALGO, la cual con el tiempo, nos permitió conocernos y un 21 de junio de 1975, nos unimos en una gran celebración matrimonial.

Como todo recién casados llenos de aspiraciones nos toco enfrentar y luchar contra las corrientes que amenezaban nuestra paz familiar, social y pedagógica, pero gracias a los esfuerzos y la constancia, Dios nos dio la oportunidad de afrontar con exito todos los obstáculos para ver con beneplácito a través de los años el dulce fruto de la felicidad, y el logro de obtener el exito aun a pesar de las dificultades de la vida.

La lucha comienza cuando aceptas un reto, tres años despues gracias a un concurso de mejoramiento profesional y haberlo aprobado exitosamente mi suerte iba cambiando, fue asi que despues de un año pude obtener el titulo de especialista, fui reubicado en San Juan de Payara, Municipio Pedro Camejo, en la Escuela Granja Atamaica Arriba, a media hora de la region capital de San Fernbando de Apure.

Mis metas se iban concretando fue asi como pude darle continuidad a mis estudios y otro escalafon como Director de la Escuela Lechozal en la localidad de Biruaca donde se concetro mi vida, pues alli trabajaba, estudiaba en la Universidad y tambien tenia mi hogar, donde fuimos muy felices, con mis dos hijas, afianzandonos en la noble profesion de educadores.

Los retos cuando los vamos logrando, algunas veces no medimos el tamaño de nuestros esfuerzos, pues no hay obstaculos que no podamos vencer, para salir adelante, gracias a los estudios, dedicacion, constancia y responsabilidad, fuimos escalando posiciones donde la capacidad de servicio fue abriendono camino gracias al poder de Dios, que me iba acompañando como la sombra de un frondoso arbol en tods mis momentos especiales de la vida, por eso cuando te digan que es imposible un reto, es cuestion de que la creatividad y las acciones hablen por nosotros.