Ciertamente en reiteradas ocasiones no sabemos comportarnos ante la magia del amor, cuando se es adolescente nos la pasamos idealizando y suspirando por encontrar nuestro príncipe azul, somos espectadoras de los chicos del colegio y nos enamoramos en secreto, y nos quedamos paralizadas cuando alguien que nos gusta se nos acerca y nos habla, ésta parte es entendible, pues estamos ante lo desconocido y no sabemos cómo reaccionar, y muchas veces preferimos contemplarlo desde lejos, hasta que decidimos dar el siguiente paso, lástima que tal vez es demasiado tarde y en el peor de los casos puede que ya el chico se haya marchado, quedándonos con el resentimiento de no haber actuado con rapidez.
Cuando somos adultos, no queremos seguir cometiendo errores del pasado, esta vez somos capaces de reaccionar ante la presencia de un chico que quiere hacer plática, correspondemos a los elogios, a las miradas cómplices, a los coqueteos, hasta sentirnos seguras y dar un siguiente paso.
Con el tiempo decidimos amar creyendo que el concepto de esta palabra es limitado, crecemos pensando que solo ama el hombre que se esfuerza en trabajar para sostener un hogar o la mujer que se esmera en mantener una casa limpia con hijos educados, en fin, estas dos cualidades no es que sean malas, pero la verdad no lo es todo.
Olvidamos que el tiempo de calidad es la mejor manera de mostrar nuestro amor hacia alguien, sean padres, hijos, nietos, hermanos, esposo. Damos mas prioridad a vanidades vagas, nos preocupamos mas por el trabajo, los negocios, la belleza física, el orden de los muebles, la ropa que llevamos, las deudas que tenemos, y rara vez examinamos en el día cuando dijimos por última vez un te quiero, un te amo.
Menospreciamos la presencia de nuestros seres queridos, desaprovechando un tiempo que no se recuperara jamás. Pensamos que vivir sin entregar mucho al amor, nos dejara menos heridas que darlo todo, cometiendo el peor de los errores porque con miedos en la vida no llegamos a nada, no vivimos en verdad.
-Si tienes hoy la presencia de un padre, amale, en toda la extensión de la palabra, con atenciones y tiempo de calidad.
-Ama a tus hijos entrégales su libertad pero cuidando siempre sus pasos para guiarles en todo lo que necesiten.
-Comunícate con tus hermanas(o) y pregúntales sobre su vida, como les va, que ha sido de ellos.
-Habla con tu pareja, salgan de paseo, pregúnteles como les fue en el día, es una buena forma de hacerles saber que se preocupan por ellos, y que están orgullosas de lo que hacen.
Cada ser humano es distinto a otro y a veces nos cohibimos en hacer o decir algo porque pensamos que no recibiremos el mismo amor que damos, pero esta no debe ser una limitante para amar a medias, recordemos el amor de Jesús, que no tiene límites ni fronteras, ni mucho menos resentimiento por nuestros pecados, sino que es misericordioso y lento para la ira.
Queridos lectores, no hay tiempo, ni sabiduría, ni madurez, que transforme a un hombre, lo único que puede hacer cambiar a una persona es el amor, no pierdas más tiempo y abraza a tu familia, a tu gran amor, no somos eternos y ante lo que se vive en el día a día es mejor quedarnos con la alegría de haber dado lo más importante que un ser humano puede tener que es el amor y el tiempo, no ames en ausencia, ama y demuestra en cada día de tu vida.
