"Animales: sintientes o no sintientes" / All you need is love

Señor(a) lector(a), si te has topado con mis diarios, o algún concurso de mascotas, de seguro has notado que en mi vida se maneja dentro del sistema familiar tres gatitos: Tito (nuestro querido negrito de ojos claros como el cantante Ozuna), Copito (que llegó a casa como café con leche) y Carlota (la protagonista de hoy).

Por eso ... ¿Cómo no unirme a la nueva dinámica de mi amiga @marpa?

Escogí a Carlota para esta publicación porque calza con la ley colombiana y con este tema de ver a los animales como "seres sintientes".

Así que prepárense para conocer su historia.

Carlota llegó a nuestras vidas como una petición de mi hijo que se fue a vivir con su abuela por efecto de estudios universitarios.

Ya por allí pueden sacar el amor que sienten mis hijos por los animales.

No me pidió una computadora, ni salir con amigos, ni siquiera me pidió permiso para ir a rumbear (típico de los muchachos universitarios), mi hijo me pidió para su cumple una gata.

A lo que le dije: ¡Va! pero se llamará Carlota.

Para mi sorpresa, Carlota escogió a mi mamá, ¡si!, simplemente la seguía a todas partes, tanto que los viernes de jugar bingo y lotería en el urbanismo cambiaron cuando los vecinos le decían a mi mamá que una vez más la gata estaba allí buscándola.

¿Qué vieron los vecinos de mi mamá? lamentablemente veían una bola de pelos que se colaba a los jardines no más por estar con mi mamá, también vieron una posibilidad de contagio de enfermedades por la satanizada enfermedad de "toxoplasmosis", veían un animal que podía llenarse de hijos porque de seguro la preñarían, y así como estas muchas más razones que confirmaban que estos humanos no les importaba que la gata podía ser una "ser que siente".

Escurridiza, arisca y muy indiferente llegó Carlota desde Cumaná a Anaco, ya no me gustaba esa actitud de los vecinos de mi mamá y de la "preocupación-complaciente" de mi mamá por ver esto como un problema en vez de mandarlos a la chingada.

Así que tras esa angustia de que la gata quedara preñada se quedó en mi hogar.

Lo primero que hicimos fue aceptar el temperamento de Carlota y di gracias a Dios que el temperamento de Tito es sereno, calmado, amable, porque en poco tiempo la gata se dio cuenta que no debía defenderse de nadie.

Un gato que es criado con amor puede servir de apoyo para que otro sienta que está en sitio seguro.

No presionamos a Carlota para que tomara algún comportamiento, mientras que los machos eran más familiares y se trataban entre ellos como hermanos Carlota era solitaria y no quería tener a nadie a su lado, estaba sola, se estaba sola, dormía sola.

Pero eso no impidió que la llamáramos, la tocáramos y empezáramos a jugar con ella (sobre todo mi hijo Carlitos).

Hoy día Carlota es una gata esterilizada, está donde nosotros estemos, puede dormir al lado de Tito (no se la lleva muy bien con Copito), pero es que el temperamento de Copito también es un poco salvaje.

¿Qué se necesito?, AMOR; y sólo AMOR.

El amor es: incluyente, solidario, comprometido, y tiene la propiedad de ver al otro como "un ser que siente", es decir, nos hace empáticos.

Mi mamá hoy día ve las fotos de Carlota y la extraña muchísimo, extraña como la gata maullaba con un sonido particular para llamarla "Mamauuuu", mamauuu".

Esta experiencia no sólo me hace sentir orgullosa del hecho que somos de esas familias que ama y nos importa los animales sino que además mis hijos me muestran los buenos tíos que van a ser con sus propios sobrinos, porque nunca, pero nunca ha existido algún incumplimiento o falta de cariño porque es la gata de otro y no de ellos. Son tres gatos y a todos los tratan como si fueran de ellos.

¡Me gustó participar!, invito a mi amiga steemiana @marito74, @ciru2014 y @mariagood.

Nota: todas las fotos son mías y me pertenecen, fueron tomadas con mi teléfono celular Redmi Note 12S