Me gusta ser Original: Y lo infinito se materializó en mis ojos

Siempre pensé que aun faltaba mucho por conocer, salí de mi barrio queriendo conocer el buen mundo, ¡Si!, ese mundo que yo siempre soñé, lejos de toda la gente que me alejaba de mis sueños más ambiciosos.

Y es que... que hay de malo en ambiciar libertad

En mi caso, la libertad venía unida a la independencia de todo y de todos: conquistar mis propios miedos, controlar mis emociones, sentir la pasión como un regalo costoso de la vida y acompañarme de la disciplina.

Si, mi gran amiga la disciplina, esa que me mantiene en el carril de mis voluntades.

Muchas noches fueron las que acompañaron mis ganas por ser mejor, me dediqué a mis planes a tal punto de dedicar cada vez menos tiempo para mi ¿en que me estaba convirtiendo?

Mis planes y proyectos ocuparon gran parte de mis pensamientos y una mayor porción de mi tiempo, ellos cada día se fortalecían y poco a poco me fui perdiendo.

Muchas personas veían la grandeza de mis ideas, mi voluntad por ayudar a otros crecía en la misma proporción del largo de la lista de las personas a las que quería apoyar, me convertí en una buena opción, tomé todo eso para mi y nunca vi que realmente ninguno era mi responsabilidad.

Y confundí la "obligación voluntaria" de ayudar a los demás con la falta de pasión.

¡Si!, se que suena contradictorio esto de "obligación voluntaria", pero es que al fin y al cabo nadie estaba esperando que lo hiciera, fue algo autoimpuesto.

Los días pasaron y llegó el momento en que me sentí cada vez más pequeño, extraño de mi propio mundo y es que... en realidad el mundo parecía ser de todos, menos mío, ¿dondé había quedado yo?

El olor a pasto, la brisa fría, los rayos del sol que tostaban mi piel me hicieron sentir que aun seguía vivo, aunque ya hacía buen tiempo que el fervor de la pasión me había abandonado, cada uno de ellos fueron necesarios aquella tarde en la que pude verme después de mucho tiempo.

Y allí estaba yo: lejano, ajeno, extrañando ser quien era.

y la cotidianidad y lo más sencillo me pareció un abismo

Por un momento quise soltarme y caer, confiar en que la misma vida amortiguaría mi caída, sin embargo me aferré y la voluntad me ayudó a sacar más fuerzas.

Me volví un observador, en mi propio observador

Entendí que lo sencilo no tiene nada de malo, que la grandeza de las cosas está en descubrirlas y que siempre estarán allí, que lo realmente valioso no tiene precio y las cosas que tienen precio se pueden comprar más lo más valioso no.

Me obligué a contemplarme, a encontrarme en lo sencillo, fui parte de la brisa fría y del sol en mi piel, busqué la grandeza en los árboles que siempre están allí sin importar lo que se espere de ellos, caminé diariamente mis ideas, sólo que esta vez le di su justo valor, porque yo no era mis ideas, ni mis proyectos, ni mis planes, yo soy más que eso y aun sigo descubriendo quien realmente soy.

Así que agradecí a la vida misma que lo infinito se materializó en mis ojos en el mismo momento que vi que las cosas no eran como yo pensaba.

Nota: Publicación realizada con mucho cariño gracias a la invitación que me hizo mi amigo @josevas217, en el que promueve que Las Posibilidades de crear contenido son INFINITAS / Me gusta ser Original.

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