Cuando era estudiante de primaria, recuerdo que el primer concepto que me enseñaron sobre la "Familia" fue: La familia es la base fundamental de la sociedad.

El concepto es amplio y abierto, pero así lo aprendí en la escuela, y con el paso del tiempo, mis conocimientos sobre el tema se hicieron más sólidos, y cuando me tocó enseñarlo a mis alumnos como profesor, tuve que ir más allá del simple hecho de decir que la familia es la base de la sociedad.

Cuando trabajé como educador, lo más sorprendente era que muchos alumnos procedían de hogares desestructurados, es decir, algunos vivían sólo con su madre o su padre, otros sólo con sus abuelos. La verdad es que un alto porcentaje de los alumnos de mi clase vivían en hogares rotos.

Al repasar los factores que intervienen en el problema de las familias divididas, pude entender que el gran problema era que no había un escudo ético familiar sólido, lo que, por supuesto, afectaba a los niños.

Si la familia está dividida, ya sea porque los padres están divorciados o por otros factores, el problema ciertamente afecta a los niños emocional y psicológicamente.

Los padres deben considerar que desempeñan un papel muy importante en la familia. Si queremos tener una familia fuerte en la sociedad, primero debemos revisar los valores éticos que no se están teniendo en cuenta y que han dejado una abertura en el núcleo familiar.