Cuando la comunicación falla en un matrimonio y predomina la violencia verbal y física, entonces, estamos en presencia de un matrimonio que se apresura a romperse. La violencia entre los padres conlleva consecuencias emocionales para los hijos. Los hijos siempre reflejarán en su comportamiento y actitudes, lo que reciben de sus padres en casa. Los hijos infelices y emocionalmente heridos siempre se refugiarán en el lugar equivocado.

En contraste con el matrimonio que fracasa, el matrimonio exitoso siempre utiliza la "comunicación" como una herramienta valiosa para resolver los problemas de la pareja. Los padres eficaces reconocen que las diferencias que puedan surgir en el matrimonio se resuelven mediante el diálogo y el respeto. Buscarán el mejor lugar lejos de los hijos para resolver sus diferencias.

Los hijos de padres comunicativos reflejan en la sociedad, seguridad y confianza a la hora de relacionarse con sus profesores, amigos y otras personas de su entorno.

En mi papel de educador, encontré estos dos modelos de matrimonio y siempre me encontré con alumnos que sonreían, eran muy alegres y comunicativos, así como con alumnos que eran todo lo contrario, como es el caso del alumno que mencioné al principio de este post.

Lo importante, querido lector, es reflexionar sobre el modelo de familia que tenemos y buscar mejorar los aspectos que tenemos que mejorar, para que nuestros hijos estén sanos emocional y espiritualmente, para que puedan dar los mejores frutos en una sociedad tan exigente como la actual.

Gracias por su visita, lectura y comentarios. Feliz y bendecido día.