La vida siempre nos brinda lecciones importantes, y todas ellas, para ser honestos, están relacionadas con la familia. La vida gira en torno a la familia como eje central, que se convierte en el combustible que da razón de ser a la vida.

Si tenemos que hacer alguna actividad, la familia está presente. No hay momentos fuera de ella, la familia es el eje primordial de la sociedad y el espacio donde un grupo importante de personas disfrutan de convivir en armonía y vivir situaciones gratas de solidaridad y socialización.

Los últimos días que se vivieron en Navidad y Nochebuena, nos demuestran que la familia es la razón de ser de todo ser humano. Compartir, conversar, expresar palabras de cariño y gestos de amor, seguramente, inundó los hogares de muchas familias.

Los tiempos son gigantescos y exigentes, sin embargo, la familia permanece como algo constante e invariable, que simplemente da sentido y valor a la vida.

Comenzar un año sin un tierno abrazo de un familiar es como dormir en un desierto. La familia es la fibra vibrante de la alegría y la felicidad. Lo podéis ver en los rostros de los niños, de los padres y de los que viven en armonía en el maravilloso vínculo de la fraternidad.

Una sonrisa en la familia es como un tesoro que no tiene comparación. El amor es la base que hace sólida a la familia. Un gran equipo competitivo para momentos difíciles, tiene que ver con la familia.

La familia, por muy diversa que sea, siempre estará unida sobre la base del cariño, el perdón, el respeto y el amor verdadero.